Richie y CJ Ramone en Flores: 30 años de gloria Ramonera
A 30 años del primer show de Los Ramones en Obras, Richie y CJ volvieron a nuestro país para dar un show histórico.
El sábado 4 de febrero amaneció con un cielo nublado, amenazando con largarse a llover en cualquier momento. Se cumplían 30 años de aquella primera visita de Los Ramones al estadio Obras en 1987, en la cual Joey, Johnny, Dee Dee y Richie comenzaron un viaje de ida con el público argentino.
Los cuatro originales ya no están con nosotros, pero aún quedan tres miembros que tocaron en distintos momentos de la banda y que, a pesar de no haber formado parte de la primera formación, cumplieron grandes roles en la historia de Los Ramones. En ésta ocasión nos visitaron Richie, y CJ, quienes se juntaron con Mariano Martínez de Attaque 77, y Seba Expulsado, para conmemorar el aniversario n° 30 de la primera fecha de la banda en nuestro país (show exclusivo para Argentina ya que no tocarán en ningún otro lugar).
El encargado de iniciar toda esta movida fue Mariano Asch; productor, pero antes que nada, fanático de Los Ramones (posiblemente uno de los más grandes fanáticos argentinos). Desde realizar reseñas para la revista Madhouse cuando los Monchos visitaban nuestro país (entablando amistad con varios de los miembros originales), hasta realizar regulares visitas a Nueva York para tratar de documentar y rescatar cualquier recuerdo o anécdota que haya quedado en la memoria de aquellos que formaron parte del círculo más cercano de la banda. Mariano sabe de qué se trata este fenómeno llamado "Ramones". El hecho de saber que la reunión estuvo en manos de un verdadero fanático (y por sobre todo, de uno argentino), nos daba tranquilidad y, además, nos hizo suponer que veríamos un show cuidado y diferente al resto (Spoiler alert: no nos equivocaríamos).
A eso de las 18:00 hs, nos tomamos el "5" y emprendimos viaje para el Teatro de Flores. Si bien hemos tenido la oportunidad de ver a CJ y a Richie por separado en sus visitas anteriores, no podíamos evitar sentir nervios en esta ocasión particular. Habrá sido, quizá, por el hecho de que se trataba del 30° aniversario, o porque veríamos en un mismo escenario a CJ y a Richie; no lo sabemos. Pero lo cierto es que algo se sentía distinto, y ni bien llegamos a Flores, comprobamos que no fuimos los únicos en sentirlo.
En las afueras del Teatro, vimos que Saxon, el bar que se encuentra en la esquina de enfrente, estaba a medio llenar, pero su vereda estaba repleta de fanáticos. Algunos matando el tiempo y compartiendo una birra, y muchos otros sin entrada (el show estaba agotado), buscando un milagro que les permitiese entrar. A pesar de que la apertura de puertas era a las 19hs, a lo lejos se podía observar una fila de gente que llegaba a dar la vuelta a la manzana, en la que cientos de Ramoneros se formaron para poder conseguir los mejores lugares una vez que entraran.
Como se esperaba, las puertas se abrieron a las 19:00 hs, y en ese mismo momento las primeras gotas comenzaron a caer para convertirse, minutos más tarde, en chaparrones intensos. La gente empezó a correr y aquellos que estaban en la fila, ahora apuraban el paso para ingresar al Teatro. Si un rato antes el bar estaba a medio llenar, una vez que empezó a diluviar pasó a estar repleto de gente.
Los teloneros de la fecha fueron Sonia y Servicio Secreto, quienes terminaron de tocar alrededor de las 20:30 hs. El Teatro se empezaba a llenar y entre el público se pudía ver a fanáticos de todas las edades, porque justamente esa noche, fue una noche para todos: para los veteranos que los vieron más de 20 veces, y también para los pendejos (como quien les escribe) que nunca llegaron a ver a la formación original en vivo y buscaban vivir aunque sea un dejo de lo que fueron aquellos años de gloria en Argentina.
Mientras se armaban los equipos arriba del escenario, notamos el primer toque especial de la noche. De fondo suenan en los parlantes varios de los temas originales que Los Ramones reversionaron a lo largo se su carrera. Sabia decisión. Los fanáticos reconocen cada tema y se ponen a cantar a todo pulmón: ''Substitute'' de los Who, ''My Back Pages'' de Dylan, ''When I Was Young'' de Eric Burdon y hasta ''Out of Time'' de los Stones, entre otros.
Los cantitos no se hacieron esperar, y la gente comenzó a calentar el teatro: “Oooohhh, vamo’ los ramooooo” / “Soy Ramonero, es un sentimiento, no puedo paraaaar” / “El que no salta es un Stone, el que no salta es un Stone!”. A eso de las 21:15 hs. se abrió el telón y los cantitos se escuchaban, ahora, el triple de fuerte que antes, hasta que de repente en la pantalla apareció la primera gran sorpresa de la noche. Nos recibió la voz del querido Ruso Verea, quien comenzó a relatar un resumen del primer show de Los Ramones. Las imágenes muestran luego a CJ y a Richie (los gritos eran tan fuertes que tapaban el audio del video) visitando el mítico estadio Obras y dando un breve testimonio sobre aquellos tiempos. Para el cierre, un relato del Ruso Verea, recordándonos que somos todos ‘una familia feliz’. Piel de gallina.
Cuando terminó el video, los cantitos no cesaron. La gente estaba extasiada, y no era para menos. Los primeros en aparecer fueron Mariano Martinez y Seba Expulsado. El siguiente fue Richie, y por último CJ, quien luego de calzarse el bajo, dijo dos palabras que no llegamos a oír, y tiró el clásico “One, two, three, four!” para inaugurar la fiesta.
La lista de temas fue excepcional. Una réplica exacta de setlist del show en Obras del '87 con un bis sorpresa de 3 temas adicionales. Como no podía ser de otra manera, ‘Durango '95 abrió la noche y el pogo estalló. Abajo del escenario había decenas de cuerpos volando, abrazos, lágrimas, y miles de caras felices. Arriba, Richie mantenía el ritmo de un modo impecable y se lo veía muy concentrado. CJ, sin embargo, parecía estar más suelto. Tenía una sonrisa imborrable en su rostro, daba vueltas, pegaba saltos, y no tardamos en notar que ésta vez eligió un look especial, ya que a diferencia de las visitas anteriores vistió su clásica campera de cuero (luego nos enteramos que es la misma que tiene desde los 16 años).
A su lado acompañaban Seba Expulsado, quien por momentos nos recordó a Joey, no sólo por su pinta, sino por su parecida voz (no podría haber sido nadie más que él ahí arriba), y Mariano Martinez, firme en su lugar, aguantando los downstrokes (casi) todo el show. Teníamos un equipo sólido.
Siguieron en la lista ‘Teenage Lobotomy’, ‘Psycho Terapy’, ‘Blitzkrieg Bop’, y el pogo se puso picante. Aparecieron temas que no se escuchaban arriba de un escenario hace décadas, como ‘Freak of Nature’, ‘Crummy Stuff’ y ‘Love Kills’ (con CJ cantando), y luego llegaron dos sorpresas más: en el cierre de ‘Pinhead’, como siempre fue costumbre, se subió al escenario el ‘cabeza de pino’ para alcanzarle a Seba el cartel con la frase que a continuación gritarían todos los presentes "GABBA GABBA HEY”. Luego sonó ‘Today your Love, Tomorrow the World’, la cual Seba entonó con su letra alternativa, aquella que Joey siempre usó para cantarla en vivo (“Im a nazi baby, im a nazi yes I am”).
La gente se tomó un merecido respiro después de tanto agite, ya que la banda se retiró del escenario para darle paso a los bises. Cuando retornaron, tocaron ‘Chinese Rocks’ y ‘Somebody put something in my drink’, pero el público volvió a reanimarse cuando arrancó ‘Bonzo Goes to Bitburg’, uno de los picos más altos de la noche con todo el teatro totalmente descontrolado. Irónicamente éste fue el único tema de la noche en el que la banda la pifió, cuando Seba se adelantó en la letra, aunque CJ rápidamente logró rescatarlo en el segundo coro.
La banda se retiró nuevamente y comenzó a sonar en los parlantes, el clásico de ‘El bueno, el malo y el feo’, el cual es acompañado por el público con el memorable coro de “Ra-mo-nes” que recuerda con cariño el ritual de los viejos shows en Argentina. Los cuatro volvieron al escenario para darnos un último regalo, un bonus track: ‘I Wanna Live’, ‘Pet Sematary’ y ‘Rockaway Beach’. Ahora sí, el show llegó a su fin. Richie tiró unas baquetas al aire, CJ regaló varias puas, y con un abrazo fraternal y una sonrisa de oreja a oreja, saludaron a un público que se fue a su casa más que satisfecho.
Ya con el escenario vacío, los cantos de la gente seguían llenando el ambiente, y mientras otros se retiraban, nos despiidió en los parlantes ‘Life is a Gas’ con Joey, para recordanos lo que todos supimos esa noche, y es que ellos estuvieron ahí presentes (a pesar de que esa noche nadie se fue triste).
Hay que reconocerlo. Con los pedazos que quedan, se logró armar el mejor show posible (hecho por fanáticos y para fanáticos), siendo posiblemente el evento Ramonero más significativo desde el '96, y por una noche, los argentinos, de la mano de Los Ramones, volvieron a ser una familia feliz.