The 1975 en Lollapalooza Argentina: La salvación del pop ya está acá

En un regreso muy esperado desde su primera presentación en el país, hace dos años, dejaron en claro que estaban preparados para llenar el lugar que Lollapalooza Argentina les había dado.

Caía la tarde del Sábado 30 de Marzo en el Hipódromo de San Isidro y una gran cantidad de gente se apretaba contra las vallas cercanas al escenario mientras crecía la expectativa de lo que estaba por venir. Ya estaba instalado el marco luminoso gigante que ilustra la tapa de los primeros dos álbumes de The 1975, y cuando por fin se apagaron las luces del escenario y se encendieron las pantallas, donde podía verse la letra de la canción homónima, los fans entendieron que ya llegaba el momento.

Al show no le faltó ninguno de los grandes éxitos de la banda: los tres álbumes que lanzaron hasta el momento estuvieron presentes a través de sus hits. Iniciando por Give Yourself a Try y TOOTIMETOOTIMETOOTIME, ambos cortes de difusión de A Brief Inquiry Into Online Relationships, el frontman de la banda, Matthew Healy, no paró de bailar de una punta a la otra del escenario, a la par de las bailarinas que se sumaron en la segunda de estas canciones, contagiando su energía al público que no se mantuvo quieto un solo momento.

El antes colorido escenario se apagó por unos segundos y cuando volvió a encenderse la escenografía los fans recibieron Chocolate con gritos de euforia. “Buenas noches, somos The 1975, de Manchester, Inglaterra” saludó Healy antes de iniciar el último estribillo tras el cual todo volvió a ser negro. “¿Cómo se sienten?” preguntó, a lo cual el público respondió con gritos ensordecedores “Qué bien”, exclamó, y con un grito comenzó She’s American, que se extendió unos segundos más con un solo de saxofón antes del último estribillo, tras el cual el escenario volvió a estar en la oscuridad, oportunidad que los fans aprovecharon para entonar el ya clásico “Olé, olé, olé, olé, Matty, Matty”, ahogado con sus propios gritos cuando la banda volvió al escenario para tocar Sincerity Is Scary. Healy, con el ya característico gorrito de lana con orejas de conejo y la mochila con la que se lo puede ver en el video que ilustra la canción, volvió a dirigirse a su público diciendo “Ahora soy un conejo”, y haciendo pasos de baile y poses al ritmo de esta melodía que se volvió uno de las favoritas del último trabajo discográfico de la banda.

En It’s Not Living (If It’s Not With You), con un despliegue de energía al que ya nos tiene acostumbrados, el frontman de la banda se sumó a las bailarinas en su coreografía, que dio paso a An Encouter, donde Healy volvió a agradecerle a su público diciendo “Muchas gracias por venir a ver nuestra banda, los amamos, esta canción es para ustedes”, siendo ahogado nuevamente por los gritos del público al escuchar la guitarra de Robbers, cuyo estribillo fue coreado por todos los presentes, a quienes Matty dejo cantar solos entre sonrisas una parte de la canción.

Siguieron Somebody Else, donde las voces del público se elevaron al punto de casi tapar la propia voz del cantante de a ratos; Girls, y I Always Wanna Die (Sometimes), donde Healy cambió su guitarra eléctrica por una acústica y la energía bajó hasta escucharse el grito de “We’re fucking in a car shooting heroin”, el emblemático inicio de Love It If We Made It, que nuevamente contó con los espectadores como protagonistas llegando al final de la canción cuando un Healy que rozaba el ahogo por la celeridad que requiere la letra de este tema los dejó cantar solos un estribillo.

“Bueno, tengamos algo de diversión ¿Cómo se sienten? Wow, maldita sea, hay un montón de gente. Esto es increíble, muchas gracias, hola a todos ¿Están listos para moverse sin importar si saben quiénes somos o no?” comenzó Matty, dirigiéndose nuevamente a sus fans y saludándolos con una mano entre sonrisas. Luego, señalando al público y bromeando, continuó “Wow ¿Está muerta? Se murió, lo siento, es un día triste. Ah, ella está bien y él también está bien. Bueno, ahora vamos a saltar, así que por favor tengan mucho cuidado ¿Sí? Prepárense. Necesitan estar listos para saltar ¡PAREN DE EMPUJAR! Por Dios chicos, acá vamos” Concluyó, moviendo los brazos hacia los lados, como soltándose de tensiones y señalando nuevamente al público cuando vio que se amontonaban antes del inicio de The Sound “Sí, ya la tienen, déjenme escucharlos”, incitó al público, “Así es, paren un segundo. Ahora mírenme ¡Canten ustedes!” dijo, mientras iba turnando a la multitud por sectores para que coreara este hit de I Like It When You Sleep For You Are Beautiful Yet So Unaware Of It. “Bueno, silencio, ahora quiero que salten. Quiero que toda la gente en Lollapalooza salte. A la cuenta de cinco, 1, 2, 1, 2 ¡SALTEN MIERDA! ¡HAGAN RUIDO! ¡VAMOS!” Y el público obedeció fielmente, moviéndose hacia arriba y abajo como una masa coordinada, gritando y bailando entre luces rosadas.

“Somos The 1975 de Manchester” se escuchó, en la oscuridad, antes de que comenzara la última canción de la noche. Sex cerró con pantallas en blanco y negro que rezaban “Rock is dead, God bless The 1975” entre los agradecimientos de la banda y los gritos de la audiencia.

En un show que estuvo a la altura de las expectativas de los asistentes, pudimos ver al frontman moverse con su figura andrógina y desgarbada de un lado al otro del escenario, bailando y saludando al público, demostrando siempre calidez hacia ellos, que le respondieron de forma correspondida. En un regreso muy esperado desde su primera presentación en el país, hace dos años, dejaron en claro que estaban preparados para llenar el lugar que Lollapalooza Argentina les había dado. Ni siquiera aquellos que estaban allí esperando el cierre de Arctic Monkeys y no para ver a The 1975 se resistieron a bailar y corear uno que otro de sus estribillos más conocidos, por lo que ni los más reacios al pop pudieron evitar sumarse al contagio de energía que la banda produjo durante todo el show. 

En tiempos donde aún no se ha superado esa batalla silenciosa entre el rock y el pop, los ingleses lograron encontrar un cómodo lugar en el medio y reivindicar un género que durante las últimas décadas parecía reservado casi exclusivamente para solistas femeninas, con instrumentos en vivo en vez de pistas en una computadora y una renovada profundidad lírica que el pop estaba extrañando. En una entrevista con Rolling Stone, Matt Healy sostuvo que pasaron de ser la mejor banda emo de Manchester en 2009 a ser catalogados como la peor banda de pop en 2015, sin que eso los afectara ni hiciera que se replantearan la identidad musical ambigua y oscilante que siempre habían tenido. Es por ello, quizás, que la magia de The 1975 sea tan contagiosa: porque mezcla lo mejor de dos mundos. 


Por Lara Gschwind.

 


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