Sábado Negro: Black Sabbath dijo adiós
La banda mas grande del heavy metal se despidió para siempre de nuestro país. Mirá la cobertura.
Es momento de empezar a entender que los artistas legendarios se están extinguiendo. El paso del tiempo nos va alejando de las glorias que supieron fundar géneros y sub-géneros hace 5 décadas y es necesario remarcar esto. NO HABRÁ MÁS BLACK SABBATH.
Con la muerte de Lemmy y Bowie entrando al 2016, nos preguntamos si estamos preparados para evolucionar. Es preocupante pensar que en un recital de Black Sabbath, con casi 50 años de carrera encima, haya más gente que en cualquier show de artistas emergentes y el hecho de que ante esta idea, la respuesta natural sea "no podés pretender que una banda nueva llene como Black Sabbath" habla de lo dependientes que somos de las bandas clásicas. Llegará el momento donde Jagger, Richards, Brian May (ojo que ya está avisando -hace unos días anunció su retiro parcial de la música por problemas de salud-), Sir Paul y otras leyendas nos vayan dejando y es ahí donde nos tenemos qué preguntar si estamos preparados para lo que viene.
Black Sabbath parece haber venido a recordar precisamente eso. No se trata de emular los años mozos sino de dejar una huella. ¿Cuántas bandas existen gracias a Black Sabbath? El legado de la banda británica es tan pero tan grande, que desde Queen hasta Guns N' Roses fueron fuertemente influenciados por su música. ¡Son los creadores nada más y nada menos que del heavy metal!
En 2013 sacaron "13", su último y aclamado disco de estudio con el que volvieron a posicionarse entre las bandas del momento, y mientras todos festejábamos la "vuelta", ellos anticipaban sutil y subliminalmente (como solo Sabbath sabe hacerlo) su misterioso final. ¿Será que Ozzy nos avisó y no nos dimos cuenta, o no quisimos pensarlo, cuando en "End Of The Beginning" se preguntaba si este era el fin del comienzo o el comienzo del fin?
La cita era a las 21 horas del sábado 26 de noviembre. Sábado. Cuando todos los que tenían su entrada preparada, se levantaron ese día, se dieron cuenta de que algo raro pasaba. No sólo diluvió en toda la ciudad sino que fue la tormenta eléctrica más grande del año. Como si de un presagio se tratara, pudimos advertir algo misteriosamente llamativo. En la imágen satelital del Servicio Meteorológico se podía ver esta siniestra forma.
Ojo, por ahí el que maneja los controles del Servicio Meteorológico es un enfermo de Sabbath y pensó "que se caguen todos, tengo que dejar mi marca en este día" con la imagen. Las probabilidades de que eso fuese así, son tan escasas como de que aparezca la mismísima silueta de Henry, el angel de la portada de Never Say Die, azotando la ciudad de Buenos Aires. Les juramos que no es una imagen trucada. ¿Te quedaste duro, no? Pensá que Ozzy vive así... (te queremos Ozzy). Si bien para las 21 horas había dejado de llover, los truenos y la lluvia, al menos con el sonido, la puso la banda.
"Black Sabbath", el primer tema. Del primer disco, del mismo nombre. ¿Queda claro, no? La banda decidió que lo mejor era empezar por el principio de su propia historia. La canción homónima de su primer disco sonó tan siniestra como en su versión de estudio de 1970, con su ritmo de marcha fúnebre coronado por un riff disonante y en cámara lenta en manos del guitarrista Tony Iommi. En medio de ese clima lúgubre, Ozzy Osbourne se aferró al micrófono para esbozar una letra en la que se hace alusión a un final inminente por la llegada del diablo. Lejos de la preocupación, el cantante esboza entre versos una sonrisa maléfica, propia de quien se animó a mover sus fichas para el lado del ángel caído. El aire de despedida se hizo fuerte. Tocaron trece temas y doce fueron de sus primeros cuatro disco. Como si se tratara de la vida pasando ante tus ojos antes de morir. Es que Black Sabbath se va y eso se lo que quieren hacer, mostrarle al público toda su carrera en una hora y media, y lo logran.
Iommy es un ser humano para nada normal. Los arreglos que mete son tan contundentes que ni siquiera Tommy Clufetos (el pendejo que nació un año después de que a Ozzy lo echen de Sabbath) con su eterno solo de batería (si no fuera porque es obvio que mientras el tipo se toca la vida, Ozzy, Iommy y Butler descansan en los camarines) pudieron opacarlo. Es una leyenda presente, ante los ojos de miles de personas.
El final del show fue bíblico. "Children Of The Grave" (con todo Vélez saltando) y "Paranoid" avisaban que se terminaba para siempre. Lágrimas en los ojos de varios concurrentes y un final seco, a lo Sabbath. Cuando la banda se despidió, en las pantallas se divisó la leyenda "The End" con "Zeitgeist" (tema de "13") despidiendo al público.
Esta vez no quedaron dudas. Fue el final del principio. Black Sabbath dijo adiós.
Con la muerte de Lemmy y Bowie entrando al 2016, nos preguntamos si estamos preparados para evolucionar. Es preocupante pensar que en un recital de Black Sabbath, con casi 50 años de carrera encima, haya más gente que en cualquier show de artistas emergentes y el hecho de que ante esta idea, la respuesta natural sea "no podés pretender que una banda nueva llene como Black Sabbath" habla de lo dependientes que somos de las bandas clásicas. Llegará el momento donde Jagger, Richards, Brian May (ojo que ya está avisando -hace unos días anunció su retiro parcial de la música por problemas de salud-), Sir Paul y otras leyendas nos vayan dejando y es ahí donde nos tenemos qué preguntar si estamos preparados para lo que viene.
Black Sabbath parece haber venido a recordar precisamente eso. No se trata de emular los años mozos sino de dejar una huella. ¿Cuántas bandas existen gracias a Black Sabbath? El legado de la banda británica es tan pero tan grande, que desde Queen hasta Guns N' Roses fueron fuertemente influenciados por su música. ¡Son los creadores nada más y nada menos que del heavy metal!
En 2013 sacaron "13", su último y aclamado disco de estudio con el que volvieron a posicionarse entre las bandas del momento, y mientras todos festejábamos la "vuelta", ellos anticipaban sutil y subliminalmente (como solo Sabbath sabe hacerlo) su misterioso final. ¿Será que Ozzy nos avisó y no nos dimos cuenta, o no quisimos pensarlo, cuando en "End Of The Beginning" se preguntaba si este era el fin del comienzo o el comienzo del fin?
La cita era a las 21 horas del sábado 26 de noviembre. Sábado. Cuando todos los que tenían su entrada preparada, se levantaron ese día, se dieron cuenta de que algo raro pasaba. No sólo diluvió en toda la ciudad sino que fue la tormenta eléctrica más grande del año. Como si de un presagio se tratara, pudimos advertir algo misteriosamente llamativo. En la imágen satelital del Servicio Meteorológico se podía ver esta siniestra forma.
Ojo, por ahí el que maneja los controles del Servicio Meteorológico es un enfermo de Sabbath y pensó "que se caguen todos, tengo que dejar mi marca en este día" con la imagen. Las probabilidades de que eso fuese así, son tan escasas como de que aparezca la mismísima silueta de Henry, el angel de la portada de Never Say Die, azotando la ciudad de Buenos Aires. Les juramos que no es una imagen trucada. ¿Te quedaste duro, no? Pensá que Ozzy vive así... (te queremos Ozzy). Si bien para las 21 horas había dejado de llover, los truenos y la lluvia, al menos con el sonido, la puso la banda.
"Black Sabbath", el primer tema. Del primer disco, del mismo nombre. ¿Queda claro, no? La banda decidió que lo mejor era empezar por el principio de su propia historia. La canción homónima de su primer disco sonó tan siniestra como en su versión de estudio de 1970, con su ritmo de marcha fúnebre coronado por un riff disonante y en cámara lenta en manos del guitarrista Tony Iommi. En medio de ese clima lúgubre, Ozzy Osbourne se aferró al micrófono para esbozar una letra en la que se hace alusión a un final inminente por la llegada del diablo. Lejos de la preocupación, el cantante esboza entre versos una sonrisa maléfica, propia de quien se animó a mover sus fichas para el lado del ángel caído. El aire de despedida se hizo fuerte. Tocaron trece temas y doce fueron de sus primeros cuatro disco. Como si se tratara de la vida pasando ante tus ojos antes de morir. Es que Black Sabbath se va y eso se lo que quieren hacer, mostrarle al público toda su carrera en una hora y media, y lo logran.
Iommy es un ser humano para nada normal. Los arreglos que mete son tan contundentes que ni siquiera Tommy Clufetos (el pendejo que nació un año después de que a Ozzy lo echen de Sabbath) con su eterno solo de batería (si no fuera porque es obvio que mientras el tipo se toca la vida, Ozzy, Iommy y Butler descansan en los camarines) pudieron opacarlo. Es una leyenda presente, ante los ojos de miles de personas.
El final del show fue bíblico. "Children Of The Grave" (con todo Vélez saltando) y "Paranoid" avisaban que se terminaba para siempre. Lágrimas en los ojos de varios concurrentes y un final seco, a lo Sabbath. Cuando la banda se despidió, en las pantallas se divisó la leyenda "The End" con "Zeitgeist" (tema de "13") despidiendo al público.
Esta vez no quedaron dudas. Fue el final del principio. Black Sabbath dijo adiós.