Reseña: 'Ordinary Man' de Ozzy Osbourne
El nuevo disco del Príncipe de la Oscuridad está entre nosotros y Pogopedia te trae su análisis 'track by track'.
Un regalo a la vida y la muerte. No es fácil sostener una carrera de más de cincuenta años de peso, tampoco lo es tener que cancelar giras porque tu cuerpo te pide un descanso y que tu salud te ponga palos en la rueda constantemente. A sus 71 años, Ozzy Osbourne pelea contra viento y marea para sobreponerse a los golpes de la vida, aferrándose a su familia y a su música, los dos pilares más importantes que lo ayudan a mantenerse en pie. Ante este panorama, el Príncipe de la Oscuridad utilizó sus fuerzas para llevar adelante un proyecto particular tras la flamante despedida de Black Sabbath. 'Ordinary Man'.
Ozzy nos invita a un viaje en primera fila por sus pensamientos, sus inquietudes, sus locuras y su nostalgia. La historia de un señor que filosofa profundamente sobre cuestiones que a todos nos llegan y llegarán a suceder en nuestra existencia. Se entiende a sí mismo como un hombre ordinario, uno más, casi como si se tratase de un superhéroe que perdió sus poderes o un hechicero que perdió su magia.
El encargado de ayudar al cantante en la misión de transmitir todas estas sensaciones mencionadas fue el productor y guitarrista Andrew Watt, que movió cielo y tierra para que el sucesor de 'Scream' (el último trabajo solista de Osbourne, lanzado hace diez años) viera la luz este 2020.
Detrás del protagonista de este disco, se recurrió al talento de tres bestias que formaron un equipo infranqueable en la instrumentación: Duff McKagan en el bajo, Chad Smith en la batería y Slash en la guitarra (no en todos los temas). Sus partes se grabaron en unos acelerados cuatro días, donde dejaron todo listo para que Watt trabaje con Ozzy en las voces, cuando este se encontraba en condiciones de grabar.
Y si no bastó con el "dream-team" que tenían montado para las bases, en lo vocal se sumaron cuatro colaboraciones de oro para esta celebración. La leyenda de Birminghan rompió con lo establecido y reclutó en otro barrio musical a Post Malone (partícipe en dos temas) y Travis Scott. También contó con la presencia de Tom Morello de Rage Against The Machine. ¿El restante? Un artista que vivió mil y una al igual que Osbourne, Sir Elton John.
Este trabajo cuenta con once temas y fue lanzado bajo el sello Epic Records.
Con todos estos componentes juntos llega a nosotros 'Ordinary Man', y Pogopedia te trae el análisis 'track by track':
1-"Straight to Hell":
Un coro celestial nos mete de lleno en un riffinicial que ya nos marca una pauta de lo que se vendrá durante los siguientes minutos. Primero entra Slash, luego se suma Duff y finalmente se acopla Chad para detonar un tema ideal para comenzar cualquier disco de estas características.
"Nos vamos directo al infierno esta noche" aclara Ozzy en el estribillo (repetido entre versos desafiantes), que resulta pegadizo tras un par de escuchadas. Además, en este segundo single que palpamos del álbum el año pasado reluce el primer solo salvaje del maestro del diapasón que porta galera. Una canción divertida que sin dudas es un muy buen puntapié inicial.
2-"All My Life":
Comienzan las letras nostálgicas en este segundo track. Osbourne relata una situación en la que su versión joven le habla al señor que conocemos hoy en día: “¿Voy a estar solo cómo vos toda mi vida?”. “Estuve viviendo en el ayer” agrega el cantante en el estribillo, comenzando a desarrollar algo de lo que ya conversamos en la introducción a esta reseña.
El dúo de cuerdas creó una simple base más lenta de riff violero y bajo para llevar adelante este tema, desembocando en otro solo de Watt. Además, hay pasajes arpegiados que funcionan de fondo en los versos de Ozzy. Smith le imprime una potencia increíble a la canción en cada golpe de sus palillos, luciéndose sobre el final con un relleno característico de su forma de tocar.
Otra buena canción, planteada en una atmósfera diferente a la primera.
3- “Goodbye”:
Este tema comienza con una referencia para entendidos, un saludo a Sabbath. Mientras golpea un bombo como en el clásico de 1970, “Iron Man”, una voz totalmente distorsionada nos pregunta entre risas tenebrosas: “¿Ustedes tienen algún recuerdo?”.
No solamente esa frase está bajo los efectos de distorsión, sino que la guitarra también toma este sonido y lidera a este conjunto de artistas a una pieza de heavy-metal lenta y oscura que desencadena en un incremento de velocidad frenético.
Como si fuera una especie de ópera-metal, la letra se amolda a los cambios rítmicos y un Ozzy desolado diciendo que se quiere morir cambia de parecer diciendo que el suicidio no le trae recompensas y que lo perdonen, que todavía no dijo adiós.
Una de las joyas del disco con muchos elementos clásicos que traen recuerdos de los comienzos del heavy metal.
4-“Ordinary Man” (con Elton John):
La canción que le da nombre al disco es también la más triste, emotiva y la mejor trabajada. El piano de Elton John da comienzo a esta pieza única e irrepetible, dejando entrar a Ozzy con una catarata de nostalgia en sus líricas, haciendo un repaso por cuestiones propias de su carrera: “No estaba preparado para la fama y de repente todos conocían mi nombre, no más noches solitarias”, “Viajé muchas millas, he visto lágrimas y sonrisas. Solo recuerda que es todo para vos”.
“Cuando se apagan las luces solo queda un escenario vacío” dice el cantante instantes antes de que comience el estribillo. En este, el vocalista afirma que fue un tipo malo, que estuvo muy drogado en el pasado, no sabe cómo carajos sigue vivo y nos dice que no se quiere morir como un hombre común y corriente.
Luego Elton canta su verso y confluye junto a Ozzy en el estribo, que para este entonces llega con mucha más espectacularidad. La atmósfera de esta canción está lograda de una manera excelente, con coros en los momentos exactos y la posterior entrada de toda la banda. Como si fuera poco, Slash irrumpe en la pista con un solo ideal para baladas así.
Un tema para que se le piante un lagrimón hasta al más insensible, la carta de despedida de dos artistas legendarios de la música, por caminos diferentes pero que se encuentran en una situación común.
Lo único negativo que se le puede remarcar a este tema es que no cierra el disco, porque hubiese tenido todo el sentido del Mundo. Sin dudas no es algo de todos los días escuchar una obra maestra hecha por cinco artistas de élites diferentes.
5-”Under the Graveyard”:
La vara estaba muy alta y la tuvo que enfrentar el primer single del disco. Un tema con un estilo muy propio del proyecto solista del guitarrista de Guns n’ Roses, únicamente que en lugar de oír a Myles Kennedy nos encontramos con un Ozzy cantando una letra algo básica.
Cuando la canción comienza a tornarse repetitiva aparece una salvaje sección final donde de fondo se escuchan los rugidos de la guitarra con varias variaciones. Un aspecto negativo es que tiene un parecido considerable con la última pista del disco, que (en términos cronológicos) salió a la luz primero que el resto de canciones del compendio.
6- “Eat Me”:
Toma protagonismo Duff McKagan con su bajo llevando el timón de este track de mitad de álbum. Una flasheada canibalística con un riff reiterativo en donde Osbourne se ofrece como plato principal. “Hasta le podés tirar uno de mis huesos a tu perro” exclama el vocalista. Pasa sin pena ni gloria por el tracklist y da paso a la siguiente canción.
7-“Today Is The End”:
Lo que arranca como un punteo muy Sabbath, lleno de oscuridad y penumbra desemboca en un sorpresivo estribillo en donde Ozzy parece emular a Jon Bon Jovi con melodías contrastantes a lo instrumental. Luego, un solo de guitarra que se termina desmantelando da lugar a una última vuelta de este tema apocalíptico, que se queda como un tema más dentro de este conjunto.
8-“Scary Little Green Men”:
El álbum repunta con una fórmula inversa a la del track anterior; en este caso algunos versos están en escala mayor y los estribillos se llevan el tema a base de potencia y vibras a hard-rock.
Además, hay un segmento particular en donde la canción toma un giro inesperado y particular con movimientos de guitarra sacados del libro de Tom Morello mientras Duff hace de las suyas con algunos arreglos. Sin dudas un toque muy interesante (pero no tanto como lo es saber si Ozzy de verdad habla con enanitos verdes).
9- “Holy for Tonight”:
Esta es la última canción en la que Osbourne lleva las voces solo, entramando un panorama desolador en donde plantea que al día siguiente va a fallecer. “¿En qué pensaré cuando esté diciendo mis últimas palabras? ¿Cómo se sentirá? Me pregunto si duele. ¿En qué pensaré cuando tome mi último aliento?” canta el Príncipe de la Oscuridad.
Coros femeninos lo acompañan durante la mayor parte del tema, creando una atmósfera que huele a final. Andrew Watt ejecuta un solo que no llega a despegar del todo, sino que más bien acompaña con diversos punteos.
10- “It’s a Raid” (Con Post Malone):
Devolución de gentilezas. Post Malone vuelve a colaborar con el cantante para el anteúltimo tema de ‘Ordinary Man’. Este cruce generacional, que jamás pensamos escuchar, sorprende con una joya de hard-rock veloz que, inexorablemente, tiene una metida de mano considerablemente grande de McKagan (imposible no pensar en “Garden of Eden” de los Guns o algún tema del disco del último disco de su colega Slash).
Se cuenta la historia de una redada; la policía está llegando y ambos artistas se meten en el papel de dos individuos que se atrincheran y quieren evitar que le requisen sus “cosas”. Gritos, sirenas de patrulleros y un quilombo hermoso que se arma entre los golpes de Chad Smith y un riff clásico del hombre de la galera.
Malone se acopla mucho mejor que Ozzy y cumple su sueño de participar en una producción así (a pesar de los militantes de lo establecido que estaban en su contra). Una canción muy divertida que cumple con su cometido.
11- “Take What You Want” (con Post Malone y Travis Scott).
El disco finaliza con un track ya conocido. Malone le ofreció al Príncipe de la Oscuridad que incluya este tema en el compilado, ya que en primera instancia se realizó para el disco ‘Hollywood’s Bleeding’ que publicó el trapero en 2019. Cabe aclarar que, por este motivo, esta es la única canción en la que no aparece el “dream team” que es parte de los instrumentos en el resto del trabajo.
En adición, se habla de que esta actuación de Ozzy en la colaboración fue la que dio el empujón final para que se grabara este álbum. Probablemente de aquí venga que el punto de partida del primer single, “Under The Graveyard”, sea la base de este tema.
Si se lo escucha con oídos abiertos y en consonancia con la era musical que estamos atravesando, “Take What You Want” no es un mal tema en lo absoluto. La combinación de bases en ¾ s con la banda es llevadera y el solo de guitarra se suma en armonía (aunque no deja de ser muy simple).
De hecho, es una muy buena noticia que el trap se fije en el rock, sepa quienes son sus referentes e intente mutar a él; es un proceso que está en los genes de la música, el cambio constante y la vuelta a ciertos patrones.
Dato adicional: Con la visita de Travis Scott a la Argentina en marco del Lollapalooza, existe la posibilidad de que escuchemos este tema en territorio argentino próximamente.
Conclusiones:
-Ozzy Osbourne nos dejó un último regalo propio con diferentes matices que quiso expresar y experimentar.
Tuvimos la parte melancólica y triste, con él despidiéndose en varias canciones, hablando de su vida y sus preocupaciones en torno a la muerte. También tuvimos a ese Ozz divertido y salvaje que relata sus travesuras y bizarreadas. Por último, el cantante también dejó su semilla en sonidos que nunca había probado y quizás sea inspiración para otros músicos de su edad que se animen a mezclarse con otros entornos sonoros.
-En lo vocal no podíamos esperar mucho, era inevitable que la voz del artista sea intervenida para poder sonar a tono, ya que su edad y condición física le impiden desempeñarse como en otras épocas. Si analizamos la situación, es entendible que se lo escuche raro.
-Para compensar la problemática relacionada a lo que sucedió en el micrófono, la producción de fondo fue impecable y el equipo fue de primera. Aplausos para Slash, Duff McKagan, Chad Smith y Andrew Watt por tocar de manera tal que el Príncipe de la Oscuridad sea enaltecido y hacer que la mayor parte de este disco tenga una calidad musical espectacular.
-Si Guns n' Roses grabara un disco con la formación actual probablemente sonaría instrumentalmente como muchos de los temas de 'Ordinary Man'.
-El gran problema de este álbum es el ordenamiento de las canciones, habiendo una variedad tan marcada de estilos se podría haber creado una mejor atmósfera general, el track que le da nombre al trabajo tenía que ser el último; cerrando así una etapa y con broche de oro.
-No es ni de cerca el mejor disco solista de Ozzy, pero en líneas generales en un muy buen material, con puntos mucho más altos que otros.
Por Juan Cruz Mariani.