RESEÑA: Everything Not Saved Will Be Lost Parte Uno de Foals

La redención bailable de Foals logra endulzarnos el oído mientras recibimos de a cuotas el oscuro mensaje que se oculta tras ella: está llegando el fin del mundo y somos los principales responsables.

Luego de cuatro años en silencio desde la salida a la venta de What Went Down en 2015, Foals anunció dos álbumes para este 2019: Everything Not Saved Will Be Lost, un ambicioso proyecto dividido en dos partes. La primera de ellas constituye la redención bailable de la banda, con una temática apocalíptica que remite a aquella de Total Life Forever, y que a aquellos que hayan visto Westworld, la serie de HBO protagonizada por Evan Rachel Wood, James Marsden y Anthony Hopkins, les resultará familiar: la preocupación de un eventual choque entre la inteligencia artificial y la humana, que obligará a que hombres y máquinas convivan en paridad de condiciones. En Everything Not Saved Will Be Lost, el enfoque es distinto, la banda buscó plasmar la confusion de la era post millennial que gira en torno a internet, las redes sociales y aquello a lo que las mismas nos llevan lentamente, pero este escenario poco amigable para el ser humano tiene una nueva preocupación central que, lejos de desplazar a la anterior, se suma a ella: el calentamiento global.

 

Moonlight es la encargada de abrir el álbum mediante una melodía suave, canto de aves y sonidos que bien podrían constituir ruido blanco, acompañada de la sensación de que estamos siendo bienvenidos a un mundo distinto del cual habitamos, el desierto metafórico del cual habla la letra. El objetivo es esta primera canción es prepararnos para la explosión de ritmo que llega en Exits y que se mantiene casi constantemente a lo largo del CD. El ritmo upbeat se contrarresta con una letra fatalista que busca transmitir el hecho de que estamos atrapados en un planeta que está muriendo y que aquellos pocos que tienen la posibilidad de escapar de esta realidad nos están bloqueando las salidas. Lo que sigue es un bombardeo sonoro de la mano de White Onions, donde las frases se repiten constantemente representando los pensamientos de una mente que entra en pánico: una respuesta natural ante el encierro que se nos presenta en el track anterior.

 


Los ritmos pegadizos y bailables demuestran una vez más que son el Caballo de Troya de la banda para adentrarse en el lado oscuro de la actualidad: In Degrees podría sonar de fondo en cualquier pub para ambientar una salida con amigos un viernes a la noche, pero el mensaje de esta canción es otro. El cuarto tema de Everything Not Saved Will Be Lost (parte uno) es una metáfora sobre dos personas alejándose “en grados”, como la medida del calentamiento global, y “bit a bit”, como las unidades que componen los circuitos de transmisión de datos en los artefactos electrónicos.

 

Syrups nos recibe con la fuerte presencia del sonido de un bajo en loop. La música es pegajosa, pesada, espesa, es melaza sonora. No es sorpresa, dado que el título alude al efecto sedante de los jarabes medicinales, al sopor y la leve anestesia de estar bajo el efecto de esas sustancias, y la letra nuevamente roza lo apocalíptico: una sociedad perdida. Las esperanzas de conseguir ayuda se extinguen porque, “intenté a llamar al cielo, pero las líneas de teléfono se cortaron en el 97”.

 

La canción que sigue tiene su propia historia, On The Luna habla de las preocupaciones de un niño a lo largo de su crecimiento, mientras espera que alguien lo salve de lo que está ocurriendo a su alrededor: el contexto sociopolítico, el calentamiento global y la sensación de haberlo tenido todo y no haberlo valorado en su momento. Fue el segundo corte de difusión del álbum y, al igual que en la mayoría del álbum, podemos ver el contraste entre temáticas poco felices y ritmos movidos: puede que On The Luna sea en simultáneo la canción más pegadiza y de temática más oscura del álbum. La desesperación y falta de esperanza del narrador finalizan con la frase “estoy preocupado todo el día, todo el día”, lo cual deja en evidencia la ansiedad que siente al no poder resolver todo aquello que repercute en su vida y no puede controlar.

 


Cafe D’Athens
nos da la bienvenida con xilófonos que suenan muy similares al ringtone predeterminado de un teléfono y una percusión constante que, a pesar de su rapidez, no impide el descenso del ritmo que oímos en la canción anterior. El final de este tema se entremezcla con Surf pt 1, un track instrumental que funciona a modo de adelanto de la segunda parte de este álbum doble; y, a su vez, es el nexo con Sunday, donde el ritmo se mantiene constante en la tranquilidad adquirida desde Cafe D’Athens hasta que llegamos a la última parte de la canción.

 

Esta balada es la resignación de nuestro narrador: llegó el fin del mundo, somos jóvenes ¿Y ahora qué hacemos? Nada más que disfrutarlo. Habla de la capacidad de los jóvenes para no hacerle caso al hecho de que todo se esté prendiendo fuego a sus alrededores: si no hay solución, si no hay remedio, sólo queda aprovechar lo que tenemos. “Tiempo lejos de mí es lo que necesito para aclarar mi vista y mi mente” responde el narrador ante el grito apocalíptico del fin del mundo.

 

La outro del álbum es la melodía del fin del mundo: un ritmo lento, la voz de Yannis Philippakis lamentándose por el mundo que se incendió a su alrededor y su deseo de salir de ese lugar inhóspito en una tarde lluviosa de otoño. Siendo I'm Done with the World (& It’s Done with Me) el fin del mundo como lo conocemos, ¿Qué nos espera para la segunda parte de este álbum doble?

 

Everything Not Saved Will Be Lost nos lleva a la reflexión en cuanto a la literalidad de su título, claramente inspirado por los mensajes pop-up que saltan cuando se quiere abandonar una aplicación sin guardar los cambios: todo lo que no se guarde se perderá. Pero la metáfora va más lejos, ¿Y si lo que debiéramos guardar para que no se pierda es el planeta donde vivimos? ¿Y si la pérdida irrecuperable fuera más que un archivo? ¿Si fuera la existencia misma? El mensaje a lo largo de este álbum es simple y claro: nos estamos encargando de arruinar nuestras posibilidades de subsistencia por nuestra propia cuenta y no existe nadie que pueda venir a salvarnos.

 

Éste es un CD de mensaje claro y de melodías bien logradas. Un todo compuesto por la dualidad de entregar mensajes poco felices mediante el deleite sonoro, lo cual colabora a la metáfora latente implantada en el inconsciente del oyente: ¿Vamos a bailar mientras nos dicen que todo se está terminando a nuestro alrededor?

 

Por Lara Gschwind.


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