Programadores informáticos crearon todas las melodías posibles para combatir al copyright

Más de 68 mil millones de combinaciones melódicas fueron realizadas con el fin de darle pelea a las demandas por copyright.

Un duo de estadounidenses amantes de la música llevaron a cabo la ardua tarea de intentar grabar y registrar todas las melodías que existen para darle una mano a los artistas en el terreno de las demandas por plagio.

Se trata de Noah Rubin y Damien Riehl, dos músicos y programadores con conocimientos legales sobre los derechos de autor. Ellos intentaron demostrar con pruebas que hay un número limitado de melodías en la música popular si se utiliza el abanico de 12 notas en el que este tipo de sonidos se suele mantener. 

Utilizando diversos métodos (incluyendo un sistema que funciona con MIDI), los norteamericanos lograron llegar a un número aproximado de 68.700.000.000 combinaciones melódicas posibles. Al registrarlas todas, estas melodías encuentran disponibles para uso abierto.



La problemática yace en que con la evolución de la industria musical y las nuevas tecnologías, los artistas se enfrentan a una incertidumbre inmensa al momento de componer nueva música; ya que es muy probable que utilicen una serie de melodías ya usadas por alguien más, dándole lugar a que puedan demandarlos por copyright.

En una reciente charla TED sobre este proyecto, Damien Riehl comentó: “Nosotros mismos somos compositores, queremos mejorar el mundo para los compositores, estamos tomando todo y poniéndolo en el dominio público. Estamos tratando de mantener un espacio abierto para que los compositores puedan hacer música”.


Entre los casos más emblemáticos que ejemplifican esta problemática se encuentra la disputa entre The Verve y los Rolling Stones, que se resolvió finalmente en mayo del año pasado. Las majestades satánicas demandaron a la banda de Richard Ashcroft porque el tema "Bitter Sweet Symphony" tenía melodías que ellos utilizaron en el track "The Last Time".

Por lo tanto, los Verve no cobraron las regalías de su canción más famosa durante 22 años. En 2019, Mick Jagger y Keith Richards renunciaron a los derechos del tema y se lo 'devolvieron' a Ashcroft.

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