LENNY KRAVITZ EN EL LOLLAPALOOZA: rock, groove y sex appeal

Un show lleno de clásicos, un alto nivel musical y la destilación de sensualidad del neoyorquino en el Lollapalooza 2019.

La noche del neoyorquino comenzó a las 20:45 en el Main Stage 2, una excelente continuación del show de Jorja Smith, una de las nuevas artistas del soul y R&B, con un gran público esperando su apertura.

Ingresó al escenario con uno de sus clasicos "Fly Away", de su álbum 5 lanzado en 1997, parado en una elevación, con las luces en su dirección, que lo destacaba del resto de los músicos. Con guitarra en mano y un look muy característico de Kravitz, con su infaltable pelo afro, que lo hacían el personaje principal del show.

No tuvimos que esperar mucho para que podamos seguir disfrutando de sus hits, sólo hasta que la batería marque el ritmo y que Lenny empiece a tocar los primeros acordes de "American Woman", y el publico comience a bailar y corear. El compositor de uno de los himnos a la sensualidad del rock, destiló a lo largo del concierto mucho groove y un sex appeal que lo ha caracterizado a lo largo de su carrera.



De su último exitoso álbum lanzado en el 2018 Raise Vibrations, siguió con "It's enough" y "Low", pero no sin antes interactuar con su público y comunicar que "están muy agradecidos y muy contentos de volver a tocar en Argentina", para luego agregar que es uno de sus lugares favoritos para tocar. A lo largo de su show hizo referencia a la unificación, celebrar a la vida y el amor, y "estar del lado correcto de la historia". A la alytura de la torre de sonido, al fondo de la multitud de gente que se reunía para el recital, se podía hacer un rápido censo visual de personas adultas entre los 30 y 40 años de edad que disfrutaban extasiados las clásicas canciones que claramente reflejaron una época musical de fines de los '90 y principios de los 2000.

Pero la cosa se puso tensa a la mitad del recital. Antes del comienzo de la canción "It ain't over 'til it's over", Kravitz gritó claramente el nombre Michael Jackson, creando un clima bastante tenso y de sorpresa en el público. Recordemos que las ultimas denuncias realizadas al cantante pop, en el documental Leaving Neverland todavía están muy frescos y son recientes en el ambiente mediático y musical. Aunque los motivos de su aclamación son desconocidos, existe la gran sospecha de que sea en apoyo al ya fallecido artista.

Luego del mal trago el neoyorquino se calzo la viola y siguió con "Always in the Run" y "Where are We Runnin'?", flasheando a la gente con sus solos de guitarras y el estilo que maneja sobre el escenario. Toda la puesta en escena de Kravitz fue respaldada por el calibre de los músicos que lo acompañaban, desde la percusión, las cuerdas y los vientos, que colaboraron a dar un recital de gran calidad. La música que deslumbró y sorprendió a todos con su talento fue la encargada de el bajo y los coros. Se trata de la música sesionista Gail Ann Dorsey, con un extensa carrera, principalmente reconocida por sus trabajos con David Bowie, con el que colaboró desde 1995 hasta su muerte.



La noche ideal para muchos terminaría con tres clásicos, el tan esperado "Again" (una de las baladas perfectas para el encore y que se vio reflejado por los coros del público), "Let Love Rule" y excediendo unos 15 minutos su horario de partida, se despidió con "Are You Gonna Go My Way", el cierre de su escencia rockera perfecta con un sonido increíble acompañado de su banda, extendiendo su versión, para que Lenny Kravitz se despida con el clásico "I love you Argentina" con sus brazos abiertos y finalmente bajando las escaleras del Main Stage 2 para saludar a sus fans de la valla.

Así finalizó el anteúltimo artista del día tres del Lollapalooza, una de las leyendas del rock, retirándose con una ovación que lo aclamaba, dejando sobre el escenario y el ambiente una mística que pocos músicos pueden lograr e indicando que es de esos recitales que vas a recordar con alegría y nostalgia.


Por Eliana Mancilla







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