KISS EN BOCA: HISTORIA DE LA VISITA QUE NO FUE

La banda del Dios del Trueno tenía todo listo para desembarcar en el país en plena dictadura militar, pero una serie de hechos desafortunados terminó con amenazas de bomba y estafas al público.

Fotos e info: Revista "Pelo", "Kiss Army Argentina" y "Amigos Kisseros Blog".
La historia del show trunco de Kiss en Boca en el año '83 es digna de una serie de drama y suspenso. Todo ocurrió en plena dictadura militar. Grupos de ultraderecha que amenazaban con volar a la mierda la Bombonera con todos los "traidores a la patria" que fuesen a ver a los "salvajes, degenerados, foráneos y herejes" (con complicidad de varias facciones de la vieja barrabrava de Boca y ex-combatientes de la guerra de Malvinas), varios promotores que, sin plata, ofrecían millonadas de billetes verdes y un público ansioso y excitado que sin saberlo, sería estafado de la peor manera.


Esta travesía arrancó en 1980. En los primeros meses de ese año, la actriz Lynda Carter (la legendaria Wonder Woman de la década de los 70´s) hizo un especial de televisión para la cadena CBS, homenajeando a varias figuras del mundo de la música, siendo Kiss parte del homenaje. La actuación constó de una coreografía con bailarines vestidos y pintados haciéndose pasar por la banda (con una estética casi idéntica a las obras de teatro berretas de Sofovich) mientras ella interpretaba el clásico "I Was Made For Loving You".


Sí. Pará. Antes de preguntarte "¿qué mierda tiene que ver eso con esto?", tenés que saber que la repercusión que tuvo ese evento televisado en nuestro país fue enorme, y por esto, varios empresarios argentinos se interesaron en contratar a Lynda Carter y ya que estaban, a Kiss también. Nunca se supo muy bien quiénes fueron los encargados de negociar estos eventos, aunque se rumoreó que Leonardo Barugel (conocido empresario de la época y muchos años después, dirigente de River en la administración del presidente José María Aguilar) estuvo metido, más allá de que este estaba más interesado en la contratación de la actriz que de Kiss en sí.



Hasta acá, vemos un intento casi "soñador", de varios empresarios argentinos, que simplemente no se llevó a cabo pero lo que sigue a continuación, demuestra, explica y anticipa, un rasgo que hoy es común en nuestro país: la chantada argentina en su máxima expresión.


Un año después, a principios de 1981, dos managers de apellido Parada y Arraiz, informaban que, gracias a un reciente viaje a los Estados Unidos, habían logrado contratar a KISS para dar varios shows en nuestro país, y que sólo faltaban ultimar detalles para anunciar dichos conciertos. Todo esto fue alimentado con publicidad lanzada por esta gente, que decía que la banda llegaría a principios de septiembre de 1981 y que harían dos shows. Nada de esto pasó. Puro humo. Nunca más aparecieron después de esto. Nadie sabe que pasó (y vos te reías del gigoló que estafaba minas hace unos años...).


Más terrible fue lo de Carlos Spadone, un hombre de negocios local (cuya familia había construído su empresa dentro del rubro gastronómico) y dueño del Teatro Cómico (un elegante teatro de Buenos Aires que presentaba comedias ligeras y dramas). Carlitos quería a Kiss en el país.




Vale aclarar que, en esa época, Kiss era súper popular en Argentina gracias al programa "Música prohibida para mayores", un segmento de televisión que pasaba bandas internacionales de ese momento y que luego fue levantado por la dictadura. Con la exitosa visita de Queen en 1981, gran parte del empresariado argentino (de varios rubros) quiso probar suerte con varias bandas para repetir la experiencia, y una de las más buscadas era Kiss (imagínense al gordo Samid yendo a buscar a los artistas internacionales más populares de la actualidad... fuerte).


¿Qué hizo Spadone? Contactó a Bill Aucon (gerente administrativo de Kiss en ese momento) y le hizo una propuesta comercial. Aucon aceptó dicha propuesta con la condición de que Kiss ponga las pautas. Spadone viajó a Nueva York con un abogado brasilero que haría las veces de consejero e intérprete. La oferta de Spadone a la banda era de un millón de dólares para que Kiss baje a Sudamérica (acá empieza la chantada comercial de las productoras que ofrecen diez veces más de lo que tienen con tal de asegurarse un artista; práctica que hoy en día sigue vigente lamentablemente). Cuando viajó a Nueva York, Kiss le pidió un depósito de adelanto de 100 mil dólares, el cual Spodone realizó. La idea que tenía el empresario argentino, era que Kiss toque en varios estadios de Buenos Aires y Mar del Plata y después suba a Rio de Janeiro y Sao Paulo. Serían grandes acontecimientos, emitidos en directo por la televisión local (nos preguntamos quién habría presentado los eventos, ya que en esa época se acostumbraba a contar con un presentador oficial en los recitales. Será que este delirante pensaba en Pinky? Badía? Mirtha Legrand? por ahí la gente hubiese comprado también... en este país se ha creído de todo por tan poco...). En los shows habría medio millón de personas o más según las proyecciones. Todo era color de rosa.


Hay un pequeñísimo detalle: Carlos tenía serios problemas financieros y gran parte del dinero ofrecido para la locurita de traer a Kiss lo aportaron inversores privados. Como el peso argentino en esa época valía lo mismo que un caramelo "Media Hora", la gente que puso la guita para financiar la gira dijo "mejor acá no me meto" y se las picaron.
Mientras tanto, Bill Aucoin, el gerente de Kiss al que Spadone le ofreció un palo verde, se preguntaba cómo iba a ser la logística para trasladar a nuestro país la consola de la banda para mezclar el sonido de la transmisión televisada. Una vez que Spadone le avisó que la guita se había esfumado, Aucoin cortó la comunicación y dio por finalizada la gestión para que Kiss venga al país.



Pero cuando todo parecía terminado, apareció José Rota (promotor sudamericano de shows, conocido por ser uno de los encargados de la gira de Queen en Latinoamérica). Interesado en la idea de Spadone, Rota le propuso a este un trato para retomar las negociaciones con los managers de Kiss. La idea de José, era ser el presentador y usar su recién obtenida influencia como importante empresario para conseguir el apoyo adicional para la reconstituida gira de Kiss por sus propias fuentes. Finalmente se desmoronó todo de nuevo. Este hombre desapareció. El depósito de 100.000 dólares fue mantenido por Kiss ya que la banda tuvo gastos previos para el armado de la gira. Todo se desmoronó. Bill Aucoin terminó yéndose del management de Kiss (aunque no por este tema) y el forro de Spadone decía que todo estaba listo.
Según Carlitos, el contrato estaba firmado y la banda tocaría el 7, 8 y 9 de enero de 1982. Inclusive le dijo a los medios que había pedido permiso al gobierno y a la iglesia para realizar el concierto (sí, nosotros también le acabamos de pegar a la mesa).


El chanta de Spadone abrió una ventanilla de información al público en el Teatro Cómico (del que era dueño) para dar detalles de la visita (que, recordemos, ya se había caído!!!). El hijo de puta pospuso la gira para febrero alegando problemas organizativos y finalmente fue cancelada. Nadie dijo nada. Pero aún hay más (y peor). Una productora argentina, Demorcs Producciones. Daniel Muñoz (acordate de este nombre), promotor de la productora, recibe en mayo de 1983 a Chris Lendt (nuevo manager comercial de Kiss) en Buenos Aires para negociar la primera visita de la banda.


Luego de varias negociaciones, se estableció que Ford auspiciaría la gira (lo que generaría un gran ingreso de guita) como lo hizo en Brasil, donde Kiss sí terminó tocando. Las condiciones estaban puestas. Kiss tocaría 3 fechas en la estadio de Boca Juniors. Todo el equipo sería suministrado localmente, excepto lo que viniese de Brasil. Después de tres días de negociación, simplemente no había acuerdo, Muñoz quería un contrato inmediatamente. Sin embargo KISS quería firmar una carta de intenciones con un depósito a cambio de la firma. Para que se entienda, Kiss pedía 330.000 dólares para venir. Demorcs Producciones accedió sin problema, pero le informó al manager de la banda que el dinero se lo depositarían en un futuro (che, dame 100 de paleta que yo el mes que viene te pago... la seriedad con la que se hacían las cosas antes... y ahora también). Esto le pareció sospechoso a la banda.Todo empezó a sonar turbio aunque la relación terminó con un apretón de manos y un acuerdo de palabra en el que la banda se comprometía a mandar las fechas confirmadas por fax. Estos serían los días 19, 20 y 21 de Agosto.



Kiss cumplió con su palabra. Dos semanas después, enviaron un fax, el cual tenía valor de pre-contrato. En base a ese precontrato, Demorcs comenzó a poner en venta las entradas y la campaña de publicidad correspondiente por todo Buenos Aires (entendés? sin tener nada cerrado definitivamente, los tipos se pusieron a vender entradas y a pegar afiches que anunciaban los shows de Kiss en Argentina. Divinos). Volaron las entradas.


Acá viene lo mejor. En medio de todo esto, un comando bautizado "2 de Abril", amenazó con volar el estadio de Boca en el caso de que esos "salvajes y depravados" actuaran allí.
El diario La Razón, publicó en su edición del 27 de julio de 1983: "“El supuesto comando de la organización clandestina amenazó con volar en mil pedacitos el estadio del Club Boca Juniors si se llega a concretar la presencia del conjunto musical. Se calificó a los integrantes del grupo de Rock como una banda de drogadictos, degenerados y homosexuales y se señaló que además volarían los locales de ventas de entradas". Días después, varios ex combatientes también se opusieron a la llegada de Kiss en un artículo que decía "Se prohíbe el ingreso a cualquier número de artístico que no realice ningún aporte a la cultura del país".




Todo el mundo hablaba de esto y Demorcs Producciones, para evitar suspicacias por parte de la banda, se adelantó con un fax en el que les garantizaba el montaje de un operativo de seguridad excelente. Se llegó a armar una conferencia de prensa en la Bombonera con los ex combatientes, la empresa Demorcs, músicos del grupo Riff (quienes telonearían a Kiss) y el secretario del Club Boca, donde aclararon los puntos puestos en duda por la banda aunque no hubo un resultado positivo.



LO QUE VIENE A CONTINUACIÓN, MARCA EL INICIO DE LA CORRUPTELA EMPRESARIAL EN EL MUNDO DE LA MÚSICA EN NUESTRO PAÍS.

El 5 de agosto de 1983, el hoy desaparecido "The Houston Post", un prestigioso diario americano, lanzaba una información de la United Press International con el titular, "El grupo Kiss recibe amenaza de muerte clase 3 (alto riesgo)".


Lo obvio, la gira de Kiss por Argentina era impensable. El manager tuvo una charla con la banda y se llegó a una conclusión; ellos no querían arriesgar sus vidas, tenían miedo y se sumaba a todo este desastre que el equipo estaba deteriorado por la retención de 15 días en Brasil... no querían arriesgar alquilar uno en Argentina. Si, una semana antes. Todo esto provocó que el día 9 de Agosto, Kiss enviara un fax a la compañía Polygram Argentina (compañía discográfica distribuidora de los discos de Kiss) y a Demorcs, anunciando que KISS rescindía el contrato.


El fax decía:


“Debido a problemas técnicos, se cancelan los shows de KISS planeados para el 19, 20 y 21 de agosto en Buenos Aires en el estadio de Boca Juniors. La empresa Demorcs y el Club han sido advertidos de esto. KISS indica que se devuelva inmediatamente todo el dinero que se recaudó a cada persona que haya comprado una entrada para los shows. Gene, Paul, Vinnie y Eric lamentan mucho no poder tocar para los numerosos fans de Argentina como estaba planeado”.


El asunto es que al día siguiente, uno de los socios de Demorcs renunció porque su compañero Muñoz decidió callarse y dejar que se vendieran más entradas para luego desaparecer con todo lo recaudado. Muñoz, al respecto, hizo una conferencia en Boca Juniors anunciando que KISS postergaba sus shows para septiembre y que parte de lo recaudado sería cedido a la Cruz Roja Argentina (cerrá todo y vamos). Cuando esto salió en los diarios, la mayoría de la gente guardó sus entradas hasta la visita de KISS en septiembre. Sin embrago, mientras la nota salía, Muñoz ya se había fugado con el dinero. Las posteriores denuncias de la gente en las comisarías de nada sirvieron. Días después se decidió devolver la mitad del dinero en agosto, acreditando un ticket para que al mes entrante la devolución de la entrada fuese total. Solo unos pocos, tal vez cientos, de los más de 50.000 fanáticos que llegaron a comprar la entrada pudieron recuperar esa mitad, que después de unos días quedó en la nada.





No sólo Kiss no vino por la puta sociedad retrógrada de la época, sino que además, varios empresarios se encargaron de succionar la teta de la banda y de la gente para llevarse una torta de dinero sin dar la cara. Una cagada tras otra. Un ejemplo de cómo la represión en la sociedad, más la complicidad y la obsecuencia de empresarios ventajeros, pueden desencadenar una locura como la que pasó hace 34 años.


Uno de los fundadores de la revista "KissFever" le comentó al diario "La Nación": "Con la situación suscitada por la Guerra de Malvinas, la sociedad cargada de represión, prejuicios, ambigüedades morales y falso nacionalismo... Era la época en que ser admirador de Kiss pasó a ser la peor traición a la causa patriota. A tal punto que cuando se anunció que iban a actuar en estas tierras, inmediatamente la polémica llegó al límite de lo irrisorio entre el filo de la represión y la estupidez patriota traducida en un comunicado de prensa acerca de hacer volar con una bomba el estadio de Boca. Toda una sociedad cómplice cargó la artillería contra estos cuatro neoyorquinos, echándoles encima todos los conceptos más difamatorios, usando como portavoz al periodismo argentino que concluyó en que era preferible echar a los herejes de Kiss y que sus seguidores subversivos fueran estafados... Una merecida reprimenda por obsesionarse con el Diablo"

Finalmente, Kiss llegó a la Argentina por primera vez con el primer Monster Of Rock que se hizo en el país, en 1994. Tuvieron que pasar 11 años del anuncio de Carlos Spadone. 11 años que resumen, a la perfección, grandes rasgos de la sociedad argentina. Ya sea por ignorancia, patoterismo, falso nacionalismo, corrupción o todo eso junto, esta historia marca el inicio de la corrupción y las estafas en el ambiente empresarial de espectáculos. Rasgos que, hoy en día, lamentablemente siguen vigentes.

Datos extraídos de publicaciones periodísticas de la época, revista "Pelo", "Kiss Army Argentina" y "Amigos Kisseros Blog".

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