Iggy Pop: La edad es sólo un número

La iguana fue el plato principal del primer día y se despachó con una lista de clásicos que hicieron estremecer a más de uno.

Ph.: Gux Ramone / Crónica: Narque

Cuando uno vió a una leyenda como Iggy Pop (y estoy hablando de 2006), al finalizar el show piensa “Bueno, me di el lujo de ver a este tipo antes de que se muera”. Pero si 10 años más tarde vuelve para dar un show aún más salvaje, lo hace quedar a uno como un idiota. Y es que este “abuelo” dio catedra de cómo dar un show en el cierre de la primera noche del Festival BUE, que también regresaba después de una década.

La iguana fue el plato principal del día 1 y se despachó con una lista de clásicos que hicieron estremecer a más de uno. Como para no bajar la intensidad que había quedado vibrando en el escenario culpa de The Libertines, la iguana encaró la jornada con un clásico de los Stooges. “I Wanna Be your Dog” fue el tema que encendió la mecha de un setlist que no dio respiro en ningún momento de la noche. Los fotógrafos tenían pista libre para llevarse fotos de Iggy sólo hasta la segunda canción, pero la iguana tuvo la gran idea de bajarse de las tablas y escabullirse entre ellos, cuando los últimos acordes retumbaban en el escenario principal de Tecnópolis, para dar paso a “The Passenger”. Descontrol. Tropezaron fotógrafos y guardias, que hacían malabares para sacar a los fans que se lanzaban desde el público para abrazar a Iggy. La iguana se metió en medio de esa maraña de rock para darle la bienvenida a su público. “Hola, Argentina, te quiero, te quiero” gritaba Iggy en un pseudo español bastante bien pronunciado para dar paso a “Lust for Life” y mantener un rato al público en el clímax. Sin dar respiro se despachó con “Five Foot One”, “Sixteen” y “Skull Ring”. Iggy, un especialista en manejar los tiempos, subió la apuesta y volvió con otro clásico de The Stooges, fue el turno de “1969”, para el delirio de los presentes


A mitad del set se puso un poco más nostálgico con “Sister Midnight”, para recordar al gran David Bowie, productor del debut de Iggy Pop como solista. Para no bajar de esa hipérbole pop-ochentosa, continuó con un cover (casi propio) de “Real Wild Child (Wild One)”. Nuevamente, para el infortunio de la seguridad del BUE, Iggy bajó para cantar con sus fans más cercanos. “Nightclubbing”, “Some Weird Sin” y “Mass Production” cerraron el primer encore y dar así un poco de alivio.

Alivio que iba a hacer falta, porque a su regreso, en medio de “Repo Man”, Iggy desafió a la seguridad otra vez. “Estoy solito, que suban mis amigos”, soltó y comenzaron a volar cuerpos hacia el escenario. Ya no había resistencia que pudiera contra los desaforados fans que desbordaron a los pobres guardias. Unos cuantos lograron subir al escenario con Iggy y lo derribaron. La cosa se puso tensa y la iguana tuvo que pedir que se calmaran un poco. “Chau motherfuckers”, dijo Iggy y siguió con “Search and Destroy” como para “ayudar” a calmar las aguas. Aunque se lo notó medio ofuscado por la hostilidad de los fans, poco le importó porque bajó a seguir saludando, pero ya con un poco más de precaución que antes.


Luego siguió “Gardenia”, la única canción que incluyó en la lista perteneciente a Post Pop Depresion, del más reciente disco que venía a presentar. Salvo por “Gardenia”, todo el primer encore fueron canciones de los Stooges. “Down on the Street”, “Loose”, y los clásicos “Raw Power” y “No Fun”, un final para dejar bien arriba a todos.

Después de unos minutos de ausencia, regresó a presentar a la banda que lo acompañaba y cerrar con otro de sus hits, “Candy”, canción que estaba entre signos de preguntas, ya que en algunos lugares de la gira sudamericana no la había llegado a tocar. Así fue como Iggy Pop dejó en llamas el escenario principal, que había arrancado a media tarde con Francisca y los Exploradores y luego El Mató a un policia motorizado, dos excelentes apuestas de la escena local, y los londinenses The Libertines, quienes habían dejado la vara bien alta.










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