Grammys 2017: lo mejor y lo peor de la noche
Los premios de la industria musical estadounidense se entregaron en una noche llena de momentos memorables.
Cada año, la Academia Nacional de Artes y Ciencias de la Grabación estadounidense entrega sus distinciones a lo mejor de la industria musical, en una ceremonia que incluye presentaciones en vivo, famosos y mucho, mucho material para avivar el fuego de las redes sociales.
Con el humorista James Corden como presentador, la 59° gala de los Grammy (un 'apodo' para un premio que en se llama Gramophone) nos dio muchas alegrías, de todo tipo: muchos premios para Bowie (entre su disco Blackstar y la canción homónima se llevaron en total 5 galardones), homenajes altamente emotivos (a George Michael, los Bee Gees y Prince), el maestro John Williams subiendo a recibir su premio por la última Star Wars, entre otras.
Pero algunas anécdotas fueron directamente a parar al terreno de lo risible. Histórico fue el premio que recibió Megadeth, que luego de 12 nominaciones pudieron llevarse un premio a Mejor Actuación de Metal por su disco Dystopia, un discazo que contó con la incorporación de las bestias de Kiko Loureiro y Chris Adler. Cuando se los anunció como ganadores del Grammy, los miembros de la banda se abrazaron, la gente comenzó a aplaudir... pero algo no salió del todo bien. De fondo había comenzado a sonar "Master of Puppets", un himno de Metallica, la ex-banda del colorado, quien, por suerte, se lo tomó con gracia y hasta tiró un air-guitar mientras caminaba al escenario. Obviamente, quienes se lo tomaron con aún más gracia fueron los usuarios de las redes sociales quienes, ágiles como siempre, llenaron Internet de memes y cargadas.
¿Se lo habrá tomado con humor James Hetfield, que estaba allí mismo preparando una actuación más que polémica? La legendaria banda hizo sonar "Moth into Flame", uno de los hits de su último disco, con la compañía en vivo de la cantante Lady Gaga, quien se apareció en el escenario con una actitud y un atuendo bastante rockeros, bailando y haciendo volar sus pelos al ritmo de la música. Desgraciadamente, la actuación se vio arruinada por un desperfecto técnico que dejó sin voz a Hetfield, cuyo micrófono se quedaba sin audio cuando le tocaba cantar a él. Terminó acercándose al micrófono de Gaga (quien durante el solo se había arrojado hacia el público) para terminar la canción a dúo. El show de alguna manera repitió una fórmula que ya vimos en el pasado, con Fergie y Slash o Queen y Jessie-J.
Si nos concentramos en los premios, cabe destacar la victoria de Cage the Elephant en el rubro Álbum de Rock, con su "Tell Me I'm Pretty" (frente a Weezer, Gojira y Blink 182), y a los Twenty One Pilots, que ganaron un premio a la mejor Actuación de Dúo o Grupo Pop (dejando con las ganas a Rihanna y Drake con su hitazo "Work"). Ante la sorpresa del público, Tyler y Josh subieron a buscar su Grammy sin pantalones; todo se debía a una vieja promesa que la banda hizo hace unos años, mientras estaban en una juntada con amigos, mirando ese mismo evento por televisión... en boxer.
Adele fue sin dudas la gran ganadora de la velada, llevándose cinco estatuillas, incluyendo la más codiciada: Álbum del Año. En su discurso, la cantante habló de "un robo" a Beyoncé, quien, según ella, merecía aún más ese premio (y por acá estamos de acuerdo). Sin embargo, un rato antes, se había mandado un papelón en medio del tributo a su compatriota George Michael. Más de un minuto después de comenzar con la canción, paró todo diciendo "perdón, ya sé que esto es televisión en vivo, pero me equivoqué, tengo que empezar otra vez". Al final, una ovación aclamó su presentación, lo que no impidió verla con un par de lágrimas en los ojos.
Otro color tuvo la aparición de The Weeknd y Daft Punk haciendo "I feel it coming" en vivo. Fue el regreso de los robots franceses a la música en vivo, luego de cuatro años. Mucho funk y mucho baile al ritmo de uno de los temas del disco "Starboy", que el cantante norteamericano presentará en marzo en el Lollapalooza Argentina. Otro que nos visita pronto es Ed Sheeran, quien también tuvo su momento (tocó su último hit, "Shape of You") y más tarde Demi Lovato subió junto a Tori Kelly y Andra Day para homenajear a los Bee Gees.
Claro que, en el primer año de la era Trump, hubo lugar también para lo político. Busta Rhymes dedicó una canción al "Agent Orange", mientras que por su lado Jennifer López dedicó unas palabras al contexto social estadounidense: “en este punto de la historia, nuestras voces son mas necesarias que nunca. Éste es el momento en que los artistas trabajan, no hay tiempo para desesperar, no hay lugar para la auto compasión, no hay necesidad para el silencio, ni lugar para el miedo”.
En definitiva, la entrega de los Grammys número 59 significó no solo música, aplausos, premios y estrellas, sino también risas, lágrimas y C-Lo Green disfrazado de una mezcla entre C-3PO y un Ferrero Rocher. Ah, sí, eso lo dejamos para lo último. Hasta la próxima.
Con el humorista James Corden como presentador, la 59° gala de los Grammy (un 'apodo' para un premio que en se llama Gramophone) nos dio muchas alegrías, de todo tipo: muchos premios para Bowie (entre su disco Blackstar y la canción homónima se llevaron en total 5 galardones), homenajes altamente emotivos (a George Michael, los Bee Gees y Prince), el maestro John Williams subiendo a recibir su premio por la última Star Wars, entre otras.
Pero algunas anécdotas fueron directamente a parar al terreno de lo risible. Histórico fue el premio que recibió Megadeth, que luego de 12 nominaciones pudieron llevarse un premio a Mejor Actuación de Metal por su disco Dystopia, un discazo que contó con la incorporación de las bestias de Kiko Loureiro y Chris Adler. Cuando se los anunció como ganadores del Grammy, los miembros de la banda se abrazaron, la gente comenzó a aplaudir... pero algo no salió del todo bien. De fondo había comenzado a sonar "Master of Puppets", un himno de Metallica, la ex-banda del colorado, quien, por suerte, se lo tomó con gracia y hasta tiró un air-guitar mientras caminaba al escenario. Obviamente, quienes se lo tomaron con aún más gracia fueron los usuarios de las redes sociales quienes, ágiles como siempre, llenaron Internet de memes y cargadas.
¿Se lo habrá tomado con humor James Hetfield, que estaba allí mismo preparando una actuación más que polémica? La legendaria banda hizo sonar "Moth into Flame", uno de los hits de su último disco, con la compañía en vivo de la cantante Lady Gaga, quien se apareció en el escenario con una actitud y un atuendo bastante rockeros, bailando y haciendo volar sus pelos al ritmo de la música. Desgraciadamente, la actuación se vio arruinada por un desperfecto técnico que dejó sin voz a Hetfield, cuyo micrófono se quedaba sin audio cuando le tocaba cantar a él. Terminó acercándose al micrófono de Gaga (quien durante el solo se había arrojado hacia el público) para terminar la canción a dúo. El show de alguna manera repitió una fórmula que ya vimos en el pasado, con Fergie y Slash o Queen y Jessie-J.
Si nos concentramos en los premios, cabe destacar la victoria de Cage the Elephant en el rubro Álbum de Rock, con su "Tell Me I'm Pretty" (frente a Weezer, Gojira y Blink 182), y a los Twenty One Pilots, que ganaron un premio a la mejor Actuación de Dúo o Grupo Pop (dejando con las ganas a Rihanna y Drake con su hitazo "Work"). Ante la sorpresa del público, Tyler y Josh subieron a buscar su Grammy sin pantalones; todo se debía a una vieja promesa que la banda hizo hace unos años, mientras estaban en una juntada con amigos, mirando ese mismo evento por televisión... en boxer.
Adele fue sin dudas la gran ganadora de la velada, llevándose cinco estatuillas, incluyendo la más codiciada: Álbum del Año. En su discurso, la cantante habló de "un robo" a Beyoncé, quien, según ella, merecía aún más ese premio (y por acá estamos de acuerdo). Sin embargo, un rato antes, se había mandado un papelón en medio del tributo a su compatriota George Michael. Más de un minuto después de comenzar con la canción, paró todo diciendo "perdón, ya sé que esto es televisión en vivo, pero me equivoqué, tengo que empezar otra vez". Al final, una ovación aclamó su presentación, lo que no impidió verla con un par de lágrimas en los ojos.
Otro color tuvo la aparición de The Weeknd y Daft Punk haciendo "I feel it coming" en vivo. Fue el regreso de los robots franceses a la música en vivo, luego de cuatro años. Mucho funk y mucho baile al ritmo de uno de los temas del disco "Starboy", que el cantante norteamericano presentará en marzo en el Lollapalooza Argentina. Otro que nos visita pronto es Ed Sheeran, quien también tuvo su momento (tocó su último hit, "Shape of You") y más tarde Demi Lovato subió junto a Tori Kelly y Andra Day para homenajear a los Bee Gees.
Claro que, en el primer año de la era Trump, hubo lugar también para lo político. Busta Rhymes dedicó una canción al "Agent Orange", mientras que por su lado Jennifer López dedicó unas palabras al contexto social estadounidense: “en este punto de la historia, nuestras voces son mas necesarias que nunca. Éste es el momento en que los artistas trabajan, no hay tiempo para desesperar, no hay lugar para la auto compasión, no hay necesidad para el silencio, ni lugar para el miedo”.
En definitiva, la entrega de los Grammys número 59 significó no solo música, aplausos, premios y estrellas, sino también risas, lágrimas y C-Lo Green disfrazado de una mezcla entre C-3PO y un Ferrero Rocher. Ah, sí, eso lo dejamos para lo último. Hasta la próxima.