Foster The People en Obras: El Club de los Corazones Sagrados

Así se vivió el regreso de los californianos a Buenos Aires este pasado Viernes 2 de Noviembre.

A las nueve en punto se apagaron las luces del Estadio Obras Sanitarias y el público supo lo que estaba por venir: era momento de que Foster The People saliera al escenario luego del breve pero enérgico show de Louta que hizo bailar y gritar a propios y ajenos.

La calma y la tensión previas al show se esfumaron y el público del campo se volvió uno sólo cuando aparecieron los miembros de la banda entre una cortina de humo y luces blancas. De fondo se oía una sola frase “Quiero hacer contigo lo que la primavera tiene con los cerezos” en loop. La voz robótica recitaba una frase del Poema XIV de Pablo Neruda, que en su versión original reza hace en vez de tiene. Mientras la voz se distorsionaba las luces mutaron al rojo y el público enloqueció: el color elegido para la tapa del último álbum de la banda, Sacred Hearts Club, indicaba que el show estaba por comenzar; solo faltaba una cosa: la presencia de Mark Foster en el escenario, que con su llegada terminó de dar por iniciada la fiesta.

Con luces titilando, comenzaba Loyal Like Sid & Nancy, del último álbum de los californianos, cuyo estribillo Foster se encargó de bailar de punta a punta del escenario; acción que repetiría a lo largo de todo el show en cada oportunidad posible.

Le siguió A Beginner’s Guide to Destroying the Moon, de Supermodel, el segundo álbum de la banda que los trajo para su promoción al Lollapalooza hace tres años, donde el público argentino hizo de las suyas y, como una costumbre tan arraigada en nuestra cultura como tomar mate, pogueó y coreó los primeros beats hasta que que Foster comenzó a cantar y su voz se unió al unísono con la de todos los presentes, caminando por el escenario y agachándose para cantar más cerca del público.

Con Houdini y Call It What You Want la energía del ambiente se volvió aún más intensa. Los hits del primer álbum, Torches, que los llevó a la fama mundial despertaron a aquellos fans que aún estaban dormidos, que levantaron las manos al aire y las movieron de principio a fin de los temas. Con un interludio instrumental entre ambos, que llevó al frontman de la banda a bailar por todo el escenario nuevamente, nadie paró de bailar y gritar un solo segundo.

La banda no se olvidó de sus viejos hits, tocando durante gran parte del show más temas de Torches, como Helena Beat, Waste, Don’t Stop (Color on The Walls) y Miss You; así como de Supermodel, con canciones como Coming of Age, Are You What You Want to Be?, Pseudologia Fantastica, y The Truth.

El público se mostró especialmente entusiasmado con las canciones de Sacred Hearts Club, que era la primera vez que tenían la oportunidad de oír en vivo, por lo que corearon y en ciertos momentos también rapearon de principio a fin Pay The Man, Broken Jaw, y Lotus Eater.

Luego de ésta última sonó algo que nadie esperaba: Blitzkrieg Bop de The Ramones, era el momento “una que sepamos todos” del show, con un clásico del punk que a pesar de la juventud de los asistentes no pasó desapercibido e hizo que nadie contuviera un solo “Hey ho, let’s go!”


Blitzkrieg Bop dio paso a Time to Get Closer, luego de la cual la banda abandonó el escenario, tras lo cual ni un solo fan abandonó su lugar: todos sabían que venía un encore, no sólo porque es habitual en los recitales de Foster The People sino porque faltaban los dos hits indiscutidos de su carrera: Pumped Up Kicks y Sit Next to Me.

La presentación de Pumped Up Kicks hizo justicia a la temática de su letra: a pesar de ser una canción sumamente pegadiza y alegre, entraña una trama mucho más oscura, ya que cuenta la historia de la Masacre de la Escuela Secundaria de Columbine, ocurrida en 1999, en manos de dos estudiantes de último año de la institución. Por ello, Foster se muestra serio y quieto, en contraposición a toda la energía desplegada durante momentos previos en el show. Ya no baila por el escenario, solo se traslada caminando hacia uno de los costados y le pide el celular a una fan para filmar la canción desde el escenario.

Finalizada la canción, llegó el mensaje de Mark Foster para su público. “Tres años es demasiado tiempo, ustedes son nuestros mejores amigos”, dijo, a lo cual los presentes respondieron con un “Olé olé olé, Foster, Foster”, de los que incansablemente habían repetido en cada pausa durante el show. De una hoja de papel y disculpándose por hablar poco español, leyó “Quiero que en estos tiempos sepan que continuaremos luchando por lo que es correcto. Seguiremos apoyando a la clase obrera y continuaremos haciendo nuestro mejor esfuerzo. No importa de dónde venimos, todos somos familia, todos somos hermanos y hermanas ante Dios”. Sólo los fans más perspicaces notaron que había sido el mismo discurso que la banda dio en su presentación en Chile.

Agradeciendo al público, comenzó la que sería la última canción de la noche: Sit Next to Me. Los fans más cercanos a la valla levantaron corazones de cartulina que rezaban “SHC”, las siglas del nombre del último álbum de la banda, que se mantuvieron en alto hasta que los músicos abandonaron el escenario, seguidos por gritos de Olé de todos los presentes, que se quedaron viendo si recibían alguna púa hasta que el predio quedo casi completamente vacío.

El show dejó una sensación agridulce en los fans: estaban felices por haber podido verlos en vivo nuevamente y al mismo tiempo tristes porque el recital había pasado demasiado rápido, dejándolos sintiendo que no había sido suficiente; porque para los amantes de la música en vivo siempre es bienvenido un tema más.

Por Lara Gschwind.









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