Foo Fighters + QOTSA en Velez: para nunca decir adiós

De manera triunfal ambas bandas regresaron al Estadio Vélez para abrir el año con un show demoledor.

Fotos: DF Entertainment / Trigo Gerardi

Antes de comenzar a analizar la locura que se vivió el Miércoles en el Estadio Vélez, vamos a dar un poco de contexto.

A mediados del año pasado nos llegó el notición de que los Foo Fighters regresarían una vez más a nuestro país, pero ésta vez junto a Queens of The Stone Age. Dos mejores amigos (que casualmente son frontman de dos de las bandas más grandes del planeta) vinieron a compartir escenario a Vélez, un estadio que en el pasado no los trató tan bien.
Dave vino a nuestro pais en 1992, para tocar en el primer y ultimo show que Nirvana daría en Argentina. Aquella noche, a causa del maltrato del público a las Calamity Jane (banda telonera que Kurt y Courtney habían "apadrinado" y traído), Cobain dió un show apagado y bizarro, quizás a modo de "castigo" para el público. Dave, aunque en un segundo plano, fue testigo de aquel sector machista del público argentino que le costó a Argentina la posibilidad de escuchar 'Smells Like Teen Spirit' en vivo alguna vez.
Josh, por su parte, tocó en Vélez junto a Queens of the Stone Age en 2001 en el marco del Monsters of Rock, con un público que por suerte no los agredió, pero tampoco los recibió con mucho cariño.

Décadas más tarde, las bandas tienen su retorno triunfal, ahora con un estadio completamente repleto y con un público que estuvo en perfecta sintonía con ellos y que pagaría cada centavo por volver a verlos juntos una y otra vez.
El show que se vivió el miércoles es aun uno de los primeros del año, pero sin duda ponen la barra bien alta para cualquier otro artista que decida pisar nuestro país en 2018 y tomar el podio.

La tarde del miércoles comenzó con un sol picante, y una larga fila de fanáticos custodiando los portones del estadio. La banda encargada de telonear fue COYA, la cual, lamentablemente, por cuestiones de horario, pocos llegamos a ver. En caso de que se la hayan perdido, pueden darle una segunda chance y escucharla acá.

De manera puntual, a las 19:30 los Queens of the Stone Age salieron al escenario para un estadio todavía a medio llenar. El hecho de que las puertas se hayan abierto más tarde de lo esperado, sumado a que fue un día de semana con mucho público laburante, hizo que muchos se perdieran gran parte (o todo) el show de Queens; Josh y compañía tocaron para un público mucho más reducido del que podrían haber tenido realmente.

Pareciera que cada vez que la banda viene como "segundera" a nuestro país, está condenada a sufrir. La única visita sin percances fue aquella fecha propia en 2014 en el Luna Park, ya que en 2001 tocaron en Vélez en el Monsters of Rock para un público que claramente no era el suyo (y días más tarde en Cemento para menos de 200 personas). En el Pepsi Music 2010 les cortaron el show antes de tiempo (aparentemente por problemas de sonido, aunque todos sabemos que fue por una cuestión de grilla), y 3 años más tarde en el mismo festival no pudieron cerrar la noche (aunque quizás esto haya sido decision del colorado, quien sabemos que no le gusta terminar sus shows muy tarde). Los argentinos siguen con hambre de QOTSA y, ésta vez, a pesar de que el colorado y su banda dieron lo mejor de sí, no todos pudieron disfrutarlo.



Con el sol cayendo en el cielo de Buenos Aires, la banda arrancó con los tapones de punta, al ritmo de 'My God is The Sun', uno de los cortes de difusión de su anterior disco, y los fanáticos liberaron 4 años de pogo contenido desde aquella noche en el Luna Park. Como para no bajar el ritmo, 'Burn the Witch' siguió en la lista de temas, con miles de cuerpos saltando de arriba abajo al ritmo de la batería.

Ya un poco más calmados (sólo un poco), mientras sonaba 'In My Head', nos detuvimos a mirar con más detalle lo que teníamos arriba del escenario. Con verlos en vivo, o simplemente chusmear alguno de sus videos, cualquiera puede notar que esta es una banda que derrocha facha y sensualidad: en los laterales, Troy y Schuman (guitarra y bajo) trajeron sus mejores pilchas y se dedicaron a moverse con sus pasitos característicos: el primero tomando envión y tropezándose deliberadamente con cada rasgueo, y el segundo cabeceando al ritmo de su bajo. Detrás, Dean Fertita y Jon Theodore mantuvieron un perfil más bajo, y en el centro de todo, el colorado al que todos fuimos a ver, sonriendo al público con su innegable presencia.

Los Queens sacaron el año pasado Villains, considerado para muchos uno de los mejores discos del año, lo cual no extraña que la gente haya estado tan ansiosa por verlos en vivo, ésta vez para poner a prueba el nuevo material. Para el cuarto tema la banda finalmente nos dió una probada de este fresco sonido, y lo hicieron con 'Feet Don't Fail Me'. Los cuerpos una vez más entraron en ebullición debajo del escenario, y a pesar de que la voz de Josh se comenzó a notar ya un poco gastada, éste cumplió con las expectativas. Que este clásico suene en todos y cada uno de sus shows.


A pesar de que el público se encontraba picante y extasiado, cuando Dean se sentó al teclado y comenzó a tocar 'Make It With Chu' el panorama cambió rápidamente. De repente pudimos oler un aroma distintivo en el aire, y aquellos que momentos antes se encontraban agitándola violentamente, ahora se encontraban abriendo rondas, no para hacer pogo, sino para ponerse a bailar en el centro. Pibes con pibes, pibes con pibas. Todos danzaron y se rindieron ante el encanto de Josh, quien hace tiempo declaró ser un "lover" y no un "fighter".

El setlist continuó con una mezcla de temas nuevos y clásicos, aunque (crítica personal) es un crimen que habiendo sacado un disco tan bueno, sólo se le haya dedicado un cuarto del setlist. El sol había desaparecido hacía rato, y los Queens decidieron rematar su noche con el plato fuerte: 'A Song for the Dead'. Pasados 5 minutos de descontrol en el campo, Josh y su pandilla se retiraron del escenario, dejando a miles de fanáticos planteándose como carajo iban a hacer para aguantar un show completo de los Foo después de lo que acababan de vivir.

Esta quinta visita de los Queens a nuestro país quizás no haya sido la más memorable de todas, pero aún así, con un sólido show, lograron darnos una probadita del nuevo material que tanto esperabamos.




Alrededor de las 21:30, las luces de estadio se apagaron y, con un estadio completamente repleto, los Foo salieron al escenario. El primero en salir a escena fue Dave, quien entró corriendo con esa enorme sonrisa que lo caracteriza. Detrás, el resto de la banda lo seguía caminando de manera más relajada, haciendo que Dave parezca el hijo menor de una familia pasado en azúcar mientras entra a un parque de diversiones.

"Are you ready?" fue lo primero que Grohl gritó a los argentinos y, mientras comenzaba a sonar 'Run' (uno de los temas más poderosos de su nuevo disco) pidió palmas al público. Aunque algunos lo siguieron, la gran mayoría se encontraba ya con los pies en el aire. Te guste el pogo o no, con un estadio tan repleto y con una banda tan enérgica, en momentos como estos, sólo se puede saltar. O morir.



En los breves momentos de descanso entre pogo y pogo, al igual que hicimos con Queens, aprovechamos para echar un ojo al frente y prestarle atención a lo que estaba sucediendo allá arriba: Taylor con sus pelos dorados al viento, Pat con su tierna sonrisa dándole mas bola al público que a su guitarra, Nate con su característico "twist" al ritmo de su bajo, el pobre Rami todavía buscando el favor de los camarógrafos (a pesar de que ya es miembro oficial), Chris sorprendiéndonos con un pañuelo en la cabeza [que quizás le mangueó a Rami o a Johnny Kaplan (?)] y por último, saltando de una punta a la otra y con una sonrisa de oreja a oreja, el "héroe", la leyenda, Dave Grohl.

La fiesta arrancó fuerte y violenta, y no sacaron el pie del acelerador: 'All My Life', 'Learn to Fly' y 'The Pretender' siguieron el set, nuevamente acompañados de un público completamente explosivo y un frontman que no paraba de referirse a nosotros con un recurrente: "you crazy motherfuckers" (¿alguien puede sacar la cuenta de cuantas veces dijo 'madafakers' en toda la noche?).

El show no llevaba ni 15 minutos y el frontman ya tenía al público comiendo de su mano. Y viceversa. Si pide palmas, hay palmas, si pide silencio, hay silencio, y por supuesto, sin que nadie lo pida, hubo cantitos de sobra durante toda la noche: "Foo Fighters / Es un sentimientooooo / No puedo paraaaaar".
Todos sabemos que no hay necesidad de ser ceremoniosos. Dave eructa, putea, y hasta nos gasta alguna que otra vez por nuestros cantitos: "¿Vienen a los conciertos para ver a la banda, o vienen para cantar sus propias canciones? Porque me encanta. Deberían empezar una banda ustedes, y yo los vengo a ver".

La primer sorpresa de la noche llegó con la entrada de las tres coristas que vinieron junto a la banda: Barbara, Laura y Sam. El escenario de pronto se iluminó con pequeñas luces simulando estrellas, y con la aparición de ellas llegó 'The Sky is a Neighborhood', una canción que inicialmente cuando se lanzó no complació a muchos (a pesar de ser uno de los cortes de difusión del nuevo disco), y que sin embargo brilló en vivo. Aquellas explicaciones que Grohl dio sobre la letra (acerca de que todos somos uno y venimos del mismo lugar) se sienten muy verdaderas cuando uno entona el estribillo junto a las otras 40.000 almas congregadas en aquel mismo lugar. Un sentimiento épico, cuando menos.

Para quien lo conoce y lo disfruta, formar parte de un pogo es posiblemente una de las experiencias mas liberadoras para un amante de la música y los recitales. Es un un estado de -moderado- salvajismo en el cual gozamos de un rato de relativo anonimato junto a gente con la que compartiremos un momento único y luego, posiblemente, jamás nos volvamos a ver en nuestras vidas. El miércoles, muchos de los que estuvieron en el campo habrán vivido un momento particular cuando comenzó a sonar 'Walk', un tema que claramente llega a muchos. En el climax de la canción, y en medio de una ronda de pogo, la multitud comenzó a saltar y a gritar a todo pulmón (algunos hasta con lágrimas en los ojos) acompañando a Dave en la letra: "I never wanna die, I never wanna die". Así, en un mismo grito, miles danzamos sobre nuestras tumbas e hicimos una declaración que se escuchó bien alto en el cielo de Buenos AIres: nadie quería que aquello se terminara.



La segunda sorpresa de la noche llegó no de la mano de Dave, sino de Chris, quien por primera vez (al menos en suelo argentino) se plantó sólo frente al micrófono para cantar 'Under My Wheels' de Alice Cooper. Siguieron los covers con un popurrí de temas: 'Another One Bites the Dust' de Queen (Dave tirando: "I feel we could play anyhing right now" al escuchar al público corear el bajo), un comiquísimo medley de 'Imagine' / 'Jump' (John Lennon + Van Halen), 'Blitzkrieg Bop' ("me contaron que acá en Argentina aman a Los Ramones") y Taylor cantando junto al pueblo un fragmento de 'Love of my life' ("Taylor is the Love of My Life", rematará luego Dave).

La tercer sorpresa (aunque ya habíamos tenido el privilegio antes) fue ver a Dave sentarse en la batería mientras Taylor cantaba 'Under Pressure'. Una vez finalizada la canción, Dave vuelve al micrófono, y mientras el público lo halaga con el clásico "Ole Olé", recibimos el cuarto (y quizás mejor) regalo de toda la noche: "Argentina I Love You", un tema improvisado por Grohl, para devolverle algo de amor a los argentinos.

La lista de temas siguió con 'Monkey Wrench', 'Times Like These', 'Generator', 'Best of You' y 'Big Me' (ésta última, aclara Grohl, la toca para hacernos bajar un cambio).
Con un breve saludo, la banda dejó el escenario, a pesar de que todos supimos que aún volverían por más. De repente, las pantallas se encendieron para mostrarnos a Dave y a Taylor en el backstage haciendo mímicas para negociar cuántas canciones más tocarían. En un divertido momento entre el dúo dinámico y su público, finalmente se acordó que tocarían tres canciones más y finalmente Grohl volvió a salir con cara de traste y haciendonos fuck you a todos (en clave de joda, claro está).

La noche se estaba acercando a su fin cuando Dave llamó una vez más y presentó a las coristas para cantar 'Dirty Water', y luego 'This is a Call'.
Antes de cerrar la noche, Dave le dedica (una vez más) palabras de amor al público: "Gracias por ser la audiencia perfecta... fueron perfectos". 

Mientras el corazón de todos los presentes se derretía en ese mismo instante en un Estadio Vélez donde ya no cabía ni un alfiler, el rasgueo de la guitarra de Dave nos anunció el final con 'Everlong', y una vez más, repitiendo la misma escena que vimos momentos antes en 'Walk', miles de fanáticos lo dieron todo en un último pogo, gritando las letras a todo pulmón, con la esperanza de que aquellas palabras se hagan realidad, y preguntarnos, mientras cantamos junto a Dave, si todo esto podría sentirse así de real por siempre.

Fotos: DF Entertainment /  Trigo Gerardi
Crónica: Santino


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