Feli Colina lanzó un doble estreno imperdible
La artista salteña nos trae "Chakatrunka" y "Caballo" de 10.000 Días.
Fin de semana de carnaval y en su cumpledías número 10.000 Feli Colina sumó una nueva razón para festejar. Después de haber lanzado “Diabla” a fines del año pasado, la cantante salteña nos regala un impactante y último adelanto doble integrado por las canciones “Chakatrunka” y “Caballo”. Con estas dos grandes piezas artísticas que van y vienen entre la canción y el poema, Feli retuerce sus raíces para alcanzar su estilo tan autóctono como innovador. “10.000 Días” es el último adelanto de su segundo álbum de estudio a editarse próximamente.
Con la voz y el alma casi rota, después del grito intenso que es “Chakatrunka”, “Caballo” aparece como una especie de descanso. Al escucharla, es imposible no ser invadido por las imágenes que propone la cantante la salteña. Un establo, una mujer agotada (le habla a su caballo que parece ser parte de ella misma), un espacio íntimo y vacío.
Desde su último álbum, “Feroza”, Feli Colina siempre invitó al trance, a viajar hacia su universo tierno, oscuro y salteño. Con ayuda de sonidos orgánicos (golpes de chapas, bombo leguero y hasta aguas que corren), en “10.000 Días” consolida su estilo, esa zona gris que solo ella habita, entre el canto y el recitado, la ternura y la furia.
En clave de chacarera y con una secuencia electrónica de bajo y bombo que empuja el beat, “Chakatrunka” ft Valentina Brishantina abre este single doble: una declaración contra el silencio y a favor del canto. La recitación desovilla un sentimiento incompleto, en donde la esperanza no es algo concreto, sino algo que hay que esperar activo, cantando. La declaración de Valentina Brishantina complementa la astucia revolucionaria e inquieta de la canción.
Con la voz y el alma casi rota, después del grito intenso que es “Chakatrunka”, “Caballo” aparece como una especie de descanso. Al escucharla, es imposible no ser invadido por las imágenes que propone la cantante la salteña. Un establo, una mujer agotada (le habla a su caballo que parece ser parte de ella misma), un espacio íntimo y vacío.
Desde su último álbum, “Feroza”, Feli Colina siempre invitó al trance, a viajar hacia su universo tierno, oscuro y salteño. Con ayuda de sonidos orgánicos (golpes de chapas, bombo leguero y hasta aguas que corren), en “10.000 Días” consolida su estilo, esa zona gris que solo ella habita, entre el canto y el recitado, la ternura y la furia.
En clave de chacarera y con una secuencia electrónica de bajo y bombo que empuja el beat, “Chakatrunka” ft Valentina Brishantina abre este single doble: una declaración contra el silencio y a favor del canto. La recitación desovilla un sentimiento incompleto, en donde la esperanza no es algo concreto, sino algo que hay que esperar activo, cantando. La declaración de Valentina Brishantina complementa la astucia revolucionaria e inquieta de la canción.