Arabia Saudita invierte 500 millones de dólares en Live Nation

El fondo soberano saudí es ahora el tercer mayor accionista de la empresa.

La industria de los eventos en vivo es una de las más perjudicadas por la pandemia del Coronavirus y ni siquiera Live Nation, la productora de espectáculos más grande del mundo, se encuentra exceptuada de esta situación. Tras su caída en la bolsa, el rey de Arabia Saudita, Salmán bin Abdulaziz, utilizó casi 500 millones de dólares de las arcas públicas del país para comprar el 5,7% de la compañía, a través del fondo soberano saudí, Public Investment Fund (PIF).

 Mediante la adquisición de 12.337 millones de acciones, el fondo saudí se transformó en el tercer mayor accionista de Live Nation (con Liberty Media en primer lugar y Vanguard Group en segundo), cuyas acciones registraron el lunes una subida del 9,86% hasta los 42,01 dólares, según informó la compañía en un comunicado, además de dar a conocer la decisión en Wall Street.
 
Luego de que las medidas sanitarias implementadas hayan generado una parálisis mundial en la industria de los espectáculos en vivo, con la suspensión de miles de eventos programados, la promotora de conciertos se encontraba en una situación crítica y sus acciones acumulaban hasta la semana pasada un desplome de casi el 50% desde mediados de febrero.
 
De hecho, a principios de abril la empresa anunció que había alcanzado un acuerdo para acceder a un crédito de 120 millones de dólares que ayudaría a darle la fortaleza financiera necesaria para atravesar este período de dificultades, mientras se comprometía, además, a implementar la congelación de contrataciones y la reducción o eliminación de costos (entre ellos, el sueldo anual del presidente y CEO de Live Nation, Michael Rapino, así como también parte del salario de otros ejecutivos).

Antes de la pandemia del Covid-19, Arabia Saudita había comenzado a estimular la industria del turismo, y los eventos en vivo conformaron gran parte de esa estrategia. En octubre del año pasado, por ejemplo, BTS fue la primera banda extranjera en hacer un show en un estadio en el país. Sin embargo, para muchos artistas internacionales resulta controvertido hacer un concierto ahí por su atroz historial en lo que respecta a derechos humanos, como la segregación de género y la opresión a las mujeres.
 
 

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