Quilmes Rock

River

precios
  • 180 pesos - Generales
  • 295 pesos - Platea Alta
  • 450 pesos - Campo
  • 675 pesos - Platea Baja
  • 900 pesos - Platea Baja Preferencial
Calificación

Reseña del día 2

Sin dudas, esta fecha fue la mejor. Por varios motivos. El line up mostraba un poco más de coherencia que el día anterior y asistió mucha más gente quizá, debido a que además de Foo Fighters como plato fuerte, estaban los Arctic Monkeys. Momentos inolvidables se vivieron desde el principio, por ejemplo, cuando Matt Shultz (cantante de Cage The Elephant) se tiró al público y se fue a dar una nota al mangrullo de Vorterix surfeando entre la gente, o la tormenta eléctrica que arrancó con Arctic Monkeys y rompió gran parte del escenario, lo que obligó a que Foo Fighters tenga que tocar con las luces del estadio prendidas. La anécdota se completó con la gente rompiendo las capas del piso artificial del campo para cubrirse de la intensa lluvia y gran parte del público refugiándose en las tribunas, a punto tal, que se llegó a pensar que Foo Fighters no iba a poder tocar y el show se iba a suspender. Fue una noche inolvidable para los fanáticos de los Foo, no sólo por el condimento de saltar bajo una tormenta sino por varias perlas que dio la banda, por ejemplo, cuando Grohl se subió a tocar la batería, o cuando salió Joan Jett a tocar Bad Reputation junto a Dave Grohl y cia. Si bien esta fecha estuvo más acorde a las expectativas, el estadio tampoco se llenó y nuevamente se regalaron entradas en la puerta.

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Curiosidades

Matt Shultz terminaba su show con Cage The Elephant. Sin lugar a dudas, uno de los mejores shows de todo el Quilmes. Pero el momento memorable iba a llegar cuando el pibe decidió tirarse al público y mandarse al mangrullo de Vorterix surfeando entre la gente. Una vez que llegó, subió lo más tranquilo y se sentó a charlar con Mario Pergolini y Gustavo Olmedo. Inolvidable.

Sí, no nos putees. No es una falta de respeto. Si bien Luis Alberto Spinetta había fallecido dos meses antes y Cerati llevaba casi dos años internado en coma, Massacre se encargó de rendir homenaje a dos de los artistas más grandes que dio Latinoamérica cerrando su show con una versión increíble de Ana no duerme (Almendra) con la letra de Lago en el Cielo (Cerati). Si bien la mayoría del público ese día fue a ver a Arctic Monkeys y a Foo Fighters, fue un momento épico para los presentes que se encargaron de responderle a la banda con aplausos y cánticos en referencia a los dos músicos.

Terminado el show de Cage The Elephant, se escuchó la única intervención de Pergolini en el estadio, hablando desde el mangrullo. Avisó inocentemente que se avecinaba la lluvia para el show de Arctic Monkeys y si bien no le erró en el pronóstico ya que se largó a llover exactamente en el show de Arctic Monkeys, no fue exactamente una simple "lluvia". Promediando el show de los ingleses, la tormenta eléctrica era tan grande, que se empezó a notar un dejo de nerviosismo de los técnicos arriba del escenario, los cuales varias veces se metieron entre los músicos mientras tocaban para tapar cualquier equipo electrónico que estuviera a la alcance de la banda. Lo que vendría después, hizo de esa noche un desastre memorable e inolvidable.

No los desmerecemos. No los criticamos. Simplemente no encajaban en una grilla tan rockera. TV on the Radio aburrió hasta al más desquiciado no por su show sino porque simplemente la gente esperaba otro tipo de música. Tal como pasó el día anterior con MGMT, la banda no estuvo a la altura de las expectativas y se vio al público muy aburrido. En sí, cuando decimos que las grillas a veces se arman muy mal, no es sólo por el hecho de si nos gusta o no la banda, sino porque el objetivo de un show es entretener y que la banda se sienta bien recibida. En este caso, nada de eso pasó y si bien la gente respetó el show, mostró indiferencia para con los músicos.

La lluvia no paraba. Los Arctic Monkeys terminaban antes el show debido a los rayos que caían muy cerca del estadio. La gente se empezó a desesperar y arrancó las placas del piso artificial para taparse, quedando el campo de juego de River totalmente al descubierto. Luego de esto, River tuvo que jugar un par de fechas en otros estadios debido al pésimo estado en el que quedó el campo de juego y si bien la productora tuvo que pagar por los daños, el hecho de que la gente viera a Foo Fighters sobre el pasto, y embarrada hasta la cintura, le imprimió una imagen totalmente histórica a esa noche.

La tormenta era cada vez más intensa, desde el campo la gente miraba para las plateas y veían como se vaciaban. No es que la gente se estaba yendo sino que se estaban refugiando en los techos de las tribunas de River. Desde las plateas la gente miraba para el campo y veían como la mitad estaba vacío con la gente disparando para las salidas. No se estaban yendo. Se estaban yendo a refugiar a las tribunas. Las luces seguían prendidas y de repente empezó a chillar la guitarra de Dave Grohl. Fue una avalancha de gente que tardó en reaccionar y se dio cuenta que había arrancado el show, lo que provocó que salieran como hormigas corriendo por el campo para llegar adelante. Las luces del escenario se rompieron y la banda de Grohl tuvo que tocar con la iluminación del estadio prendida todo el show.

Si bien parece un buen título periodístico para describir un show de rock, literalmente hubo un tornado esa noche durante los shows de Arctic Monkeys y Foo Fighters. Si sobraban ingredientes para que la noche sea memorable, la tragedia opacó un poco las cosas. A causa del feroz temporal fallecieron cerca de 27 personas, otras 893 quedaron heridas y hubo pérdidas económicas millonarias valuadas en 275,5 millones de pesos de Argentina en daños materiales.
Según las observaciones de los radares meteorológicos y los informes preliminares del Servicio Meteorológico Nacional, el fenómeno se trató de una línea de tormentas severas en forma de arco en donde se formaron 4 tornados.
Por la intensidad, nivel de destrucción y particularidad del fenómeno, se trató de la tormenta más destructiva en extensión que afectó al Área Metropolitana de Buenos Aires–La Plata en su historia.

La sorpresa fue grande. No paraba de llover. Al salir del estadio, la gente, que no sabía lo que había pasado, se encontró con infinidad de autos destruídos por los árboles caídos que dejó la tormenta y la avenida Udaondo y calles aledañas totalmente inundadas. Las principales avenidas cercanas a River estaban cortadas o anegadas lo que implicó un caos para la gente que tenía que volver a su casa. Sin dudas fue un desastre.

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