Fueron varios mensajes de ansiedad de Fred Durst para el público recordando la visita anterior. Se quedó enloquecido y quería que esa noche fuera igual. Así arrancó el show directamente con Rollin'.
Por más que no parezca, DJ Lethal le daba a Limp Bizkit la cuota moderna con todo su equipo. El hecho de que Limp Bizkit lo haya perdido y haya traído en su lugar a Skeletor, con un español medio cubano medio inglés, te la bajaba un poco. Igualmente no opacó una noche espectacular.
Ante la pregunta de DJ Skeletor si alguien sabía la letra de Ready to Go, los fanáticos levantaron la mano como si se tratara del último momento de su vida. Fred Durst empezó a mirar al público y eligió a un pibe con remera de Korn para subir al escenario (Hay momento más hermoso que ese?). El pibe se fue casi sin pegar una frase, pero cumpliendo el sueño del pibe con abrazo de Fred Durst incluído.
“La vida no es fácil para algunos de nosotros, así que esta noche, no habrá problemas. Esta noche, la vida es buena. Vamos a arreglar tus problemas”, un dejo de teen angst fue lo que dió paso a Re-Arranged y con la ovación de todo un estadio, engancharon a la perfección el tema con Killing In The Name (imaginate...). Se vino el estadio abajo.
Ante el coreo de la gente, cuando llegó última parte del tema, todo el campo se agachó para dar paso a uno de los mejores momentos del show. Fred Durst también se agachó y empezó a decir alguna que otra boludés sobre el mundo, pero el momento donde el tema explota, fue único. El estadio se vino abajo.