El primer show de The Offspring en Argentina fue un caos. No por la banda, no por la gente, sino por los organizadores. El recital iba a ser en el Estadio Cubierto de Vélez, pero por decisión de las fuerzas de seguridad, se resolvió pasar el show a otra plaza. Esto se avisó UN DÍA ANTES DEL SHOW y encima el único lugar que tenían disponible era Autopista Center, un galpón abajo de la autopista por el cual la gente se podía colar, pasando por las ventanas. La perla fue para Flema, que con este show inició una seguidilla abriendo recitales para los artistas más emblemáticos del punk (Green Day y Marky Ramone en 1998). El sonido fue pésimo y hubo gente que nunca se enteró que habían cambiado el lugar. Todo esto pasó en la primera visita de The Offspring. Una banda que con el correr de los años, volvió al país más seguido, marcando una complicidad con el público sudamericano que sigue hasta el día de hoy.
Era la primera visita de una de las bandas más calientes del momento. Imagínense que pase algo así ahora. UN DÍA ANTES, los organizadores avisaron que, debido a la vuelta del fútbol (el Torneo Apertura '97 empezaba ese fin de semana), las fuerzas de seguridad decidieron no hacer el show ya que Vélez jugaba de local también. Hubo gente que, incluso, se enteró en la puerta de Velez el mismo día que el show había cambiado de lugar. Los organizadores buscaron desesperados una plaza y lo único que consiguieron fue un galpón en Liniers, "Autopista Center".
Se colaba gente por las ventanas y, en la puerta, la seguridad era mínima. La banda soporte fue Flema. No se sabe quién hizo el sonido pero los mató. Hay que tener en cuenta que el lugar no tenia una buena acústica. Habia dos columnas apostadas en el medio del recinto y fue una bola de ruido. Más allá de esto, es sabido que la banda de Ricky Espinosa no se caracterizaba por la prolijidad y todo lo que pasaba le daba un marco mucho más familiar a la velada.
Un pie en California y el otro en Gerli; una de las bandas más comerciales del punk de los 90's junto a la más bardera del punk local ("No seríamos sinceros si ensayáramos", se jactaba Ricky Espinosa en aquellos años). Servía para empezar a analizar como los argentinos interpretábamos un movimiento que por décadas fue una bandera para la rebelión y que acá servía, además, para que las clases más bajas tuvieran una alternativa a la cumbia y otros movimientos culturales populares. Al año siguiente, Flema tocaría con Green Day (Parque Sarmiento) y Marky Ramone (Cemento) para redondear una seguidilla envidiable para una banda punk del under bonaerense.
Con el escenario caliente y un acople interminable por la pésima acústica del lugar, The Offspring salió a escena. Una banda que tocaba para decenas de miles en todo el mundo, lo hacían para 3000 almas en un galpón en Buenos Aires. PUNK. Las intervenciones de Noodles fueron constantes y hasta se dieron el gusto de cantar DON'T CRY FOR ME ARGENTINA varias veces (con chiflidos por parte de la gente)