Luego de abrir con una épica versión de "What's The Frequency Kenneth?", en las pantallas del escenario apareció en primerísimo plano, la foto de Barack Obama, quien una semana después del show, se convertiría en el presidente electo de los Estados Unidos. No olvidemos que cuando REM tocó en el país, lo hizo con George Bush Jr. como presidente de su país. La adhesión política que hubo por parte de la mayoría de los artistas norteamericanos hacia Barack Obama fue impresionante. Tanto como para colarlo en las pantallas en pleno show y hacer campaña (de ninguna manera oportunista por parte de REM, una banda activista desde sus comienzos) en un país lejano pero no ajeno a las políticas norteamericanas.
Luego de pedirle al público abiertamente que tire fuerza para que Obama gane la elección, llegaron "Man Sized Wreath" dedicada a Bush Jr. y el rescate de "Ignoreland", cuyo destinatario original, en Automatic For The People, era Bush Sr. Sin duda, todo un manifiesto por parte de la banda, como para que no queden dudas de su posición política.
La gran "Electrolite", y esa frase ("Hollywood is under me, I'm Martin Sheen, I'm Steve McQueen, I'm Jimmy Dean."). Las lágrimas de todo el predio en "Everybody Hurts", el pasito de baile del cantante contra la pantalla en "She Wants To Be Me" (hipnótico por momentos), la tremenda versión de "The One I Love" junto con el público, el piano bar para 40 mil personas en "Night Swiming" y "Let Me In", el megáfono en "Orange Crush". El final, claro, como la premonitoria "It's The End Of The World As We Know It (And I Feel Fine)". Y los inevitables bises: "Losing My Religion" y "Man on the Moon", cantadas hasta por los cocacoleros. Sensaciones y descripciones que saben a poco, para definir lo que fue la segunda presentación de R.E.M. en Buenos Aires
Michael Stipe prometió volver pronto. Una promesa que lamentablemente no se cumplió ya que la banda se separó en 2011, dejando de lado cualquier posibilidad de volver a pisar suelo argentino.