Paul McCartney confirmó las fechas de su “One on One” tour que marcaron su regreso a la Argentina. Dió a conocer un nuevo show que deslumbró con decenas de clásicos del catálogo más querido en la música popular, que abarca toda la carrera (tanto como artista solista o miembro de Wings y por supuesto como un Beatle).
Lejos de la puntualidad británica a la que nos tenía acostumbrados Sir Paul, mientras en el imponente escenario aparecían imágenes de toda la carrera del músico, cuando el reloj marcaba las 21:00 en punto, todavía había gente arriba del escenario. Teniendo en cuenta que la gente en su mayoría rondaba los 40 para arriba, fue un poco tedioso tener que esperar casi 20 minutos de más para que el artista salga a escena.
Sin ánimos de aumentar la ansiedad entre los presentes, tocó A hard day's night. Antes del tercer tema, saludó con un simple "¡Hola chicos!", en lugar del "culiados" usado en Córdoba y aseguró: "Estoy muy contento de estar acá de nuevo" y empezó "Can't buy me love", otra canción del tercer disco de su banda legendaria.
El show contó con muchos de sus clásicos y el recuerdo de los Beatles a través de las pantallas gigantes fue recurrente a lo largo de todo el recital. Siguieron Letting go, Temporary secretary, Let me roll it, I've got a feeling y My valentine, la canción que le dedica a su mujer Nancy Shevell. Nineteen hundred and eighty five; Here, there and everywhere y Maybe I'm amazed fueron los que siguieron, interpretados con su piano. Luego, We can work it out, In spite of all the danger y You won't see me.
Llegó el turno de Love me do. Al ritmo de su guitarra clásica, fue una de las canciones más cantadas por los espectadores. Otro de los temas destacados fue FourFiveSeconds, la canción que hizo junto a Rihanna y Kanye West: la letra pasó por las pantallas gigantes para que los espectadores pudieran cantarla, lo que demuestra que Paul es un obsesivo de la contemporaneidad, llamando la atención de los más jóvenes con artistas de esta época.
Minutos antes, alrededor de las 23 la gran escenografía se lució: en medio de la oscura noche platense, sonó Live and let die y empezó a salir fuego del escenario ante la sorpresa de los presentes.
Después de Yesterday, en el bis, hizo subir a una nena del público, Leila, que le pidió tocar el bajo con él. Paul le preguntó sí había traído uno. Ella dijo que no. Le dieron uno y tocaron Get Back, con Paul y la nena cantando juntos . Mientras, la gente coreaba: "Olé, olé, olé, Leila, Leila...". "La pequeña argentina ", la despidió Paul McCartney en una noche de ensueño.