Por primera vez en la historia Sir Paul McCartney da un concierto en el interior del país, en el marco de su gira One On One.
Luego de los dos primeros temas, Paul saludó a su público con un término bien regional: "¡Buenas noches, Córdoba! ¡Hola, culiados!" exclamó en un español bastante decente.
Durante los días anteriores al recital, los medios de comunicación de todo el país difundieron la noticia de que Paul McCartney había pedido expresamente que no se vendiese comida hecha con carne de animal dentro de los dos estadios donde el iba a tocar. No fue una orden, sino un pedido, pero la producción puso manos a la obra y el día del recital en Córdoba se ofrecían tortillas de papa, hamburguesas de lentejas, papas fritas y otras comidas vegetarianas. Por algún extraño motivo, tampoco había gaseosas de cola: solo agua, 7UP Free y sabor Limonada. Una vez concluído el show, afuera del estadio dieron el presente los clásicos choripanes y gaseosas de todos los colores.
Está bien, sin choris, lo aceptamos. Okay, tampoco había Coca. Pero estando en pleno Córdoba, muchos asistentes no podían creer lo que veían: los distintos stands de comidas y bebidas vendían fernet... con Pepsi. ¡Sacrilegio!
Aquellos que pagaban las entradas más caras, tenían también acceso a presenciar la prueba de sonido de Paul, esa misma tarde. Los que estaban afuera haciendo la fila no pudieron verlo, pero sí escucharlo. Sonaron "Magical Mistery Tour", "Let 'Em In" y "Get Back", entre otras canciones que luego no sonaron en el show.
La mujer de Paul estuvo presente en el estadio, según él mismo dijo antes de dedicarle "My Valentine".