Después de años (si, años) de negociaciones, un día Frank Sinatra vino a nuestro país en lo que sería su primer y única visita. El encargado de traerlo fue Palito Ortega, quien realizó diversos viajes a Estados Unidos, donde finalmente firmó contrato con Sinatra por la monumental suma de u$s 1.650.000, por seis fechas en Buenos Aires en el mes de Agosto. Cuatro serían en el Hotel Sheraton en una gala privada de u$s 1.000 el cubierto (una fortuna para ese entonces), y dos fechas adicionales en el Luna Park. Luego de haber firmado contrato, la suerte de Palito dió un giro cuando todo se fue al carajo cuando el peso se devaluó enormemente respecto al dólar (recordemos que en el 81 Argentina estaba en etapa de gobierno militar) y la producción del show perdió toda su rentabilidad. Los shows del Luna Park fueron transmitidos por Canal 13 para todo el país, y por suerte las grabaciones son conservadas y atesoradas hasta el día de hoy.
Uno de los principales motores que impulsó la llegada de Sinatra a nuestro país, fue Palito Ortega (acompañado de Ricardo Finkel, entre otros). La intención de traer a 'La Voz' venía dando vuelta hace varios años, pero terminó de concretarse en Febrero de 1981, luego de que Sinatra haya dado varios shows en Brasil. El 12 de Febrero, Ortega y Sinatra firman un contrato por u$s 1.650.000 y seis meses mas tarde, el gran artista llegaría a Argentina.
La visita (y previa contratación) de Sinatra, transcurrió entre los gobiernos de facto de Jorge Videla y Roberto Viola. Para ese entonces, el país sufrió una fuerte devaluación de su moneda, lo que termino arruinando económicamente a Palito Ortega, en relación al acuerdo millonario que había firmado meses antes.
Dicho por el mismo Palito en una entrevista a Clarín: “Esperaba ganar tres millones de dólares, pero perdí un millón y medio. Le pagué hasta el último centavo, y cuando lo fui a despedir me dijo: 'el día que vayas a Estados Unidos y necesites una garantía, no dejes de llamarme’. Cuatro años después lo hice, y me tendió su mano generosa. En sus códigos ya era su amigo”.
Frank Sinatra llegó a nuestro país el 2 de Agosto de 1981. Vino en un vuelo desde Sudáfrica, acompañado por su esposa Barbara y su hijo Robert. Se trajo 125 valijas, tres toneladas de equipos y una delegación de 59 personas. Se estuvo hospedando en el piso 23 del Hotel Sheraton, del cual casi ni salió durante lo que fue su estadía en Buenos Aires.
Antes de tocar 2 fechas en el Luna Park, La Voz dió 4 shows privados en el Salón Libertador del hotel Sheraton. El acceso a la gala costaba u$s 1.000 (una locura para el cambio de esa época) y la misma consistía en una cena, y un show previo a cargo de Don Costa y su orquesta. Ya para la hora del postre, alrededor de las 23:00hs, aparecía para hacer su set.
Debido al constante bombardeo de periodistas y fotógrafos, el cantante pidió que no le pasaran ninguna llamada a su habitación, excepto que fuera su ex, Ava Gardner. Curiosamente, a los pocos días de su llegada, Gardner llamó al hotel para intentar contactarse con Sinatra, y una de las telefonistas la rechazó y no le pasó el llamado. A la mañana siguiente, Frank se enteró y armó un escándalo tremendo.
Como era de esperarse, a lo largo de las 4 noches en la gala asistieron varios famosos: Tato Bores, Gerardo Sofovich, Jorge Jacobson, Pinky, Graciela Borges, Juan Alberto Badía, Roberto De Vicenzo, Carlos Monzón y muchos más.
Debido al elevado precio de las entradas (u$s 1.000 cada una), las fechas en la gala no llegaron a agotarse. Las que si lo hicieron fueron las dos fechas del Luna Park, con casi 20.000 asistentes en cada noche.
Durante su estadía surgieron muchos rumores. Uno de ellos dice que el mismo Sinatra fue a comerse una pizza en Angelín, otro que fue al Abasto a visitar la antigua de su ídolo Carlos Gardel. La realidad es que el cantante estuvo recluído en el hotel durante toda su estadía.
Desde siempre Sinatra tuvo una relación algo complicada con la prensa, se sabía de antemano que no iba a dar entrevistas a los medios. Si bien accedió dar una conferencia de prensa en el Hotel al llegar a Buenos Aires, eso sería todo. Sin embargo, una joven periodista sería la que rompería la regla. Gabriela Cociffi, quien trabajaba en ese entonces para la revista Gente, fue enviada al hotel por Chiche Gelblung ("volvé con la nota o no vuelvas"). Cociffi persiguió al artista hasta lograr terminar en el mismo ascensor con él. Allí Sinatra le cantó unos temas, y acordó responder unas preguntas. Ésta fue la única nota que el artista terminó brindando en el país.