Fue una semana digna de los 90's más alternativos. Chris Cornell se presentó el 9 y 10 de noviembre. Pearl Jam lo haría el 13, 3 días después, en La Plata... imaginar una reunión exprés de Temple Of The Dog no hubiese sido absurdo. Era muy probable!!! Aunque lamentablemente no se dió, tuvimos a dos íconos del Grunge en la misma semana.
Daba esa sensación. Cuando Chris Cornell apareció en el escenario (el cual era sobrio, no había telones, no había efectos, no había muchas luces) solo con su guitarra, se parecía más a una reunión de amigos que no se ven hace mucho que a la presentación de un rockstar en el escenario de un teatro. Como en un fogón popular urbano en el que todos conocen cada línea melódica y cada fraseo, todas las canciones suenan a clásicos, ya sean de su carrera solista (por suerte el paso por su disco Scream fue casi nulo) o de sus años con Soundgarden, Audioslave o con Temple of the Dog. El público, claro, tiene sus favoritas, como "Call Me a Dog", "Wooden Jesus", "You Know My Name", "Preaching the End of the World", "Like a Stone" y -por supuestísimo- "Black Hole Sun".
No sólo que es uno de los artistas más subestimados de la escena rockera alternativa. Su banda Eleven, la cual compartía con su ex-mujer, Natasha Schneider (fallecida en 2008), fue una banda de culto en los 90's, opacada quizá por la megafama de las bandas de Seattle. Las plumas de los Them Crooked Vultures ya se habían volado del catálogo de Johainnes (también, el cuarto elemento olvidado en la superbanda de Homme, Grohl y John Paul Jones, formada en 2009). Alain Johannes colaboró con la mayoría de los artistas más grandes de la historia del rock, pero quizá por su bajo perfil, siempre prefirió ponerse a un costado de los flashes masivos. Cuando apareció en el escenario para mostrarle al público un par de temas de su repertorio, no sólo que conmovió sino que además coronó su presentación, acompañando a Cornell en una versión distinta de Hunger Strike. Épico.
