La idea del festival era llegar a todas las regiones del mundo. Londres, Budapest, Nueva Delhi, Zimbawe, Filadelfia, Toronto, Tokio y San Pablo fueron algunos de los puntos elegidos, además de hacer pie en Chile para cerrar la gira en Buenos Aires. Sin embargo, el regimen de Pinochet en nuestro país vecino no autorizó el concierto y, furiosos, los amigos Amnistía Internacional quisieron montar el espectáculo en el punto más cercano posible, para que así muchos chilenos pudiesen viajar y acercarse a vivirlo. Fue así como se cerró la fecha en Mendoza, y el resultado fue que 15.000 chilenos y 20.000 argentinos pudieron experimentar juntos esa fiesta. De hecho, dos grupos chilenos actuaron ese día: Inti Illimani y Los Prisioneros.