• Dos íconos de la historia del rock and roll. Dos décadas antes, estos dos muchachos hacían temblar al mundo con una de las bandas más grandes de la historia. En Ferro, se pudo sentir el espíritu de Led Zeppelin reforzado por una orquesta local que estuvo a la altura de las circunstancias.
  • En la previa del show, varios medios anticipaban un show liviano del dúo. Ya desde el arranque con ese guiño a Immigrant Song y el setlist demoledor que hicieron (muy rockero con casi todos temas de Zeppelin) le cerraron el culo a todos los que los tildaron de tibios.
  • La inevitable ausencia de John "Bonzo" Bonham y John Paul Jones se notaban. Es que Zeppelin eran 4 piezas clave dentro de un ensamble perfecto. Cuando una pieza falta, se nota. En este caso fueron reemplazados dignamente por Nigel Eaton (bajo) y Machael Lee (batería)
  • Hubo miles de personas que fueron afuera del estadio para escuchar el show debido al alto precio de la entrada . Si bien el show no se agotó, se pensó la posibilidad de hacer otra fecha pero la agencia que se encargaba del tour puso el show de Chile y Brasil muy pegados al de Argentina por lo que agregar una fecha sobre la marcha era prácticamente imposible

Curiosidades

Es que fue una fecha histórica. 20 años atrás, estos dos eran los reyes del mundo. Si bien el espíritu de Led Zeppelin estaba ahí nomás al alcance de todos se extrañó ese motor sin pausas que fue John "Bonzo" Bonham aunque el baterista Michael Lee golpee los tambores con energía, y por otro lado, Nigel Eaton al bajo fue un excelente nexo que superó las expectativas por ver en su lugar a John-Paul Jones. No era lo mismo, pero el alma de Zeppelin por una noche estuvo en Buenos Aires

Transformado y un poco arrugado por el tiempo hubo mucho de Zeppelin y "Heartbreaker" lo confirmó. Y si bien la primera parte del show sirvió para hacer reaccionar al más descreído (Immigrant Song, The Wanton Song, Heartbreaker y Ramble On, andá a buscarla adentro) la inclusión del ensamble de cuerdas egipcio le da una riqueza musical extra a las melodías acústicas que ofreció la banda en sus años de carrera.

"No Quarter" y "Gallows Pole" tomaron forma entre la gente. Fue una nueva posibilidad generada a partir de la reunión de este par de músicos que hace más de dos décadas hicieron temblar al mundo. Page no perdió su virtuosismo que desde siempre es un poco desprolijo pero impactante y desenredo con extensos solos en un show que hasta pocos minutos antes se intuyó como "liviano". Vanas especulaciones. Ni siquiera los violines y las muchas cuerdas que se sumaron en Buenos Aires -y que no tuvieron demasiado peso sonoro- pueden quitarle a la música su espíritu de rock and roll.

Por eso se recordará este recital porque más allá de concretar el sueño de muchos amantes de Zeppelin trascendió en todo momento ese aire de honestidad que transmiten los grandes músicos.

"Since I´ve Been Loving You" "The Song Remains The Same" "Babe I´m Gonna Leave" y "Whole Lotta Love" (limitado por los años de sus intérpretes) movilizaron a un entusiasta y numeroso público que cada vez que pudo reclamó un clásico del grupo "Rock & Roll".

Entonces Plant anuncia la despedida. Se sabe que saldrán del escenario para volver a los bises. El público quiere más. Tantos años de espera merecen ser reconfortados con alguna ofrenda más.

Por eso los primeros acordes de "Black Dog" reciben una ovación. La versión claro no tiene el salvajismo ni las virtudes vocales que regalaba Plant en los setenta. Pero la guitarra sana esas heridas.

Y el final es a puro "Rock & Roll". Y todo el mundo feliz agradecido por haber llegado a último momento y adquirir el ticket en las ventanillas del estadio minutos antes de las diez para vivir una de esas noches que no se olvidan fácilmente.

"Since I´ve Been Loving You" "The Song Remains The Same" "Babe I´m Gonna Leave" y "Whole Lotta Love" (limitado por los años de sus intérpretes) movilizaron a un entusiasta y numeroso público que cada vez que pudo reclamó un clásico del grupo "Rock & Roll".
Cuando Page arrancó con The Song Remains The Same hubo una avalancha documentada por Telefe en la platea. Sí, solo Zeppelin pudo haber provocado que la gente se tirara de boca para corear uno de los temas más grandes de la historia.

Plant anuncia la despedida. Se sabe que saldrán del escenario para volver a los bises. El público quiere más. Tantos años de espera merecen ser reconfortados con alguna ofrenda más.
Por eso los primeros acordes de "Black Dog" reciben una ovación. La versión no tiene el salvajismo ni las virtudes vocales que regalaba Plant en los setenta. Pero la guitarra sana esas heridas.
Y el final es a puro "Rock & Roll". Y todo el mundo feliz agradecido por haber llegado a último momento y adquirir el ticket en las ventanillas del estadio minutos antes de las diez para vivir una de esas noches que no se olvidan fácilmente.

Sí señor. Uno de los guitarristas más grandes de toda la historia estuvo mirando bandas under y hasta firmó el parche de un redoblante en el bar Loca Bohemia de Caballito (donde, hoy en día, siguen tocando bandas). Imagínense la sorpresa de todos cuando el violero de Zeppelin entró al lugar acompañado de su comitiva. Una noche inolvidable.

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