Con tres shows en la cancha de River, el ex-Beatle visitaba por primera vez nuestro país y se vivió con mucho furor en todo el país. La gira The New World Tour, simultánea al disco "Off the ground", había comenzado el 18 de febrero en Milán y ya había pasado por el resto de Europa, Oceanía, América del Norte y Brasil; ahora era nuestro turno. Además de McCartney en bajo, guitarra acústica y eléctrica, piano, la banda del tour tenía a su esposa Linda McCartney en voz y teclados; Hamish Stuart en bajo y guitarras; Robbie McIntosh en voz y guitarras; Wix Wickens en voz y teclados y Blair Cunningham en batería y percusión.
Paul llegó al aeropuerto de Ezeiza el jueves 9 de diciembre junto a su esposa Linda (que en ese momento también era parte de la banda) y sus hijos Mary (23), Stella (22) y James (16). Para sorpresa de todos, los cinco se subieron a un Citröen Palais azul que el mismo músico manejó, partiendo desde el sector Buenos Aires Cattering del aeropuerto, escoltados por dos camionetas y siguiendo a un Peugeot 505 que les indicaba el camino hacia el lugar donde se hospedarían.
Cuando McCartney salió del aeropuerto manejando un Citröen y con su familia a bordo, periodistas en distintos autos y hasta un helicóptero se lanzaron rápidamente a perseguir al ex-Beatle. Las camionetas que lo escoltaban intentaron en reitereadas oportunidades detener a los periodistas, incluso en un momento se cruzaron en zigzag para obstruir el paso en una bajada de la Avenida Gaona (Paul y el auto que lo guiaba siguieron camino y se separaron del resto). Macca tuvo la mejor onda con la gente que lo reconocía y lo saludaba desde otros autos y por la calle, y hasta le dio la mano a un heladero que se acercó a su ventanilla.
El catering de los shows estuvo a cargo de la empresa londinense Eat Your Hearts Out, que solo labura con comida naturista (aún existe). En esa visita Linda McCartney aprovechó para publicitar en nuestro país su libro de recetas gastronómicas para sustituir el consumo de carne.
Paul y su familia se hospedaron en la estancia "Los Milagros", un lugar enorme que hasta tenía un sector de pastoreo para vacas y caballos, propiedad de Eduardo Furlotti (pariente directo de una tradicional familia bodeguera).
Mambo negro para los empleados de seguridad que custodiaban la estancia: los citaron a las tres de la tarde para cubrir el primer turno y les dijeron que vayan en ropa deportiva. Una vez allá les dijeron que tenían que vestir saco y corbata.
En la noche del primer show, Paul recibió en su camarín a dieciséis concejales de la ciudad que le entregaron un diploma y una medalla por su nombramiento como Ciudadano Ilustre de Buenos Aires. La certificación la propuso el concejal Fernando Bustelo, de la UCeDé, y fue aprobado por la mayoría de los votos (hubo dos ortivas que votaron en contra). Macca invitó a los 60 concejales y sus esposas a ver el show esa noche (ojalá no a los dos ortivas).
El mismo día del primer show Paul dió una conferencia de prensa en la cancha de basquet de River, y a los periodistas que quisieron ir se les pidió que, antes de ingresar, dejaran afuera cualquier elemento de cuero, como zapatos y cinturones. A nadie le pareció muy divertido, pero hubieran hecho lo que sea con tal de entrar.