Como si la tarde no hubiera tenido rock and roll (primero con el show de Los Ratones Paranoicos -muy bien recibido por el público presente- y luego con Velvet Revolver, nada más y nada menos), Aerosmith demostró porque son parte fundamental de la historia de este género. 5 tipos que ya estaban de vuelta, salieron al escenario a bailar, cantar, tocar y divertirse sin demasiada parafernalia. 60 mil personas fueron testigos de un inicio demoledor con "Love In An Elevator", "Toys In The Attic" y "Dude looks a lady".
La esencia se mantiene intacta. Los años parecen no pesar en ninguno de ellos y el sonido del grupo es una marca registrada que quién sabe cuanto más puede durar. Si bien la seguidilla de hits "radiales" -por ponerle una etiqueta- provocó el aplauso masivo sin pausa (uno tras otro llegaron "Fallin´ in love", "Cryin´", "Crazy" y "Jaded") uno de los mejores momentos fue cuando tocaron "Baby, please don´t go".
Las raíces que retomaron con Honkin´ on bobo se plasmaron en vivo e incluso Joe Perry cantó "Stop messin´ around" mientras Tyler acompañaba tocando la armónica. "Un poco de blues. Un poco de Texas Blues", a gusto de quienes siguen al grupo desde la primera época.
Para bajar un poco los decibeles, en el momento calmo que usualmente ocupa la sección media de los grandes recitales, la dupla que tanto le dio a la banda se sentó en el extremo de la pasarela central del escenario para tocar "Seasons of whither" y luego "Dream on" en el cual Tyler se lució con el famoso cierre de tonos altos que tiene el tema. La voz está. La ovación acredita una interpretación simplemente excelente.
Fue la fecha más convocante, lógicamente, por la grilla de bandas del día. 60 mil personas colmaron el estadio de River para ver a Aerosmith y el público coreó cada uno de los temas de la banda.
bschery
$110 pagué el campo...