Primera visita de The Cure a la Argentina, con dos conciertos para unas 30.000 personas cada uno, en el marco de una mini-gira que pasó por el sur de Latinoamérica. Una visita recordada por muchos no sólo por los conciertos sino por los lamentables hechos de violencia, que dejaron un saldo de 30 heridos y 127 detenidos.
De temprano se vio a los seguidores de la banda haciendo fila afuera del estadio con peinados extravagantes, maquillaje y ropas negras. Se los veía compartiendo el rimmel y pintandose los labios de negro o morado unos a otros.
Algunas versiones que nunca pudieron confirmarse cuentan que un vendedor de panchos murió de un infarto al ver como un grupo de gente sacada le rompía su stand y saqueaba su mercadería. El mismo Robert Smith contó esto a la prensa años después: “En la Argentina alguien murió por culpa de un show nuestro, pero fue afuera del estadio. Los edificios temblaban y los promotores vendieron entradas de más sin sospechar que éramos tan populares. Hubo una especie de motín y asesinaron a un vendedor de perros calientes. Y enseguida hubo perros calientes de verdad, porque la gente les prendió fuego a los perros de policía que les tiraron encima. Fue la única vez en que me asusté en serio con lo que The Cure podía llegar a provocar. Tardamos tres horas en llegar al estadio, escoltados por policías que desenfundaban sus armas y disparaban al aire. Nos encerraron en los sótanos del estadio mientras esperábamos para empezar y los baños no funcionaban y olía a quemado y se oían sirenas y pensé que no íbamos a salir vivos de allí”. Además dijo que sintió que estaba “en Beirut” y no en Buenos Aires, y que jamás va a olvidarse del alivio que sintió cuando llegó de vuelta al hotel.
Cabe aclarar que "los sótanos del estadio" que menciona Smith son en realidad los camarines de Ferro. Un periodista de Página 12, aclaró más tarde que ningún ser humano murió esa noche, solo uno de los perros de la gente de seguridad debido a una "patada voladora" de un espectador. Hay tantas versiones como espectadores hubo en ese recital.
Muchas más leyendas se desprendieron de este caótico y memorable concierto. Algunos dijeron que la gente que estaba más cerca del escenario sufrió vómitos y mareos debido a que The Cure estrenó en Argentina un sistema de sonido que triplicaba la potencia de los bajos y que había sido prohibido en EE.UU y Europa. Sí, fue cierto que la amplificación saturó los graves y los edificios temblaban con el sonido del bombo. Pero lo otro quizás sea una exageración generada por el boca en boca.
El concierto fue producido por la empresa aún joven e inexperta de Daniel Grinbank, quien más tarde incluso reconoció que el evento había tenido una organización pésima. Habían contratado seguridad privada desarmada, solo acompañada por perros entrenados.
Si bien el show finalmente se desarrolló con normalidad, muchos atribuyen a estos incidentes el motivo por el cual The Cure no volvió a pisar el país hasta el 2013. De hecho tocaron en Brasil en 1996 sin bajar a nuestro país.