Se había anunciado para 1986, pero no puedo ser. Finalmente en lo que fue su primera visita al país como solista, Sting dio un show de dos horas ante un público que acompañó muy entusiasmado. La gira se basaba en la presentación de su último álbum, "Nothing like the sun". Lo acompañaron Jeff Campbell en guitarra, Tracy Wormworth en el bajo, Marvin Smith en batería, Steve Coleman con el saxo y el percusionista Mino Cinelú; al show asistieron alrededor de 60.000 personas.
Ni bien se bajó del avión que lo traía de Nueva York para comenzar su gira en Sudamérica, Sting recibió la noticia de que su padre había fallecido. Aun así no suspendió ninguna de las fechas.
Sting arrancó el show con un saco y una camisa color crema, pero a la media hora se sacó todo. El resto del show lo dió en cuero.
El armado del escenario, los camarines y demás comenzaron en River el día anterior al show. Todos estaban apurados, nerviosos, concentrados. La producción constó en casi sesenta toneladas de equipos, un staff de 80 personas trabajando desde el día anterior y 30 asistentes con transmisores coordinando distintas alternativas para el armado del escenario. También se destinaron 1500 oficiales de policía al operativo de seguridad del concierto.
La gira "Human Rights Now", de Amnistía Internacional, fue anunciada el miércoles 9 de diciembre. Por lo que dos días antes de su show en River ya sabíamos que lo veríamos de vuelta en el segundo semestre del año siguiente.
El camarín visitante fue donde Sting vivió los momentos previos y posteriores al show. Ocho personas trabajaron el jueves pintando y alfombrando el lugar. El vestuario local fue para Fito Páez y la gente de la producción del evento.
Arriba del escenario Sting solo tomaba agua o Pepsi. Cero alcohol.
Días antes de pasar por Argentina, Sting dio un show improvisado para una multitud en Brasil.
Muchos medios buscaron entrevistar o al menos sacarle alguna declaración a Sting, que no vino con mucho tiempo para esas cosas. Sin embargo el músico se mostró tranquilo, dispuesto y hasta interesado en cada momento en que se topaba con algún periodista. La revista Pelo fue uno de los pocos medios que consiguió unos minutos a solas con el inglés, en el espacio entre la prueba de sonido y el show.