Ante 45.000 personas, Keith Richards fue el número principal de otra jornada del Coca-Cola Rock Festival, en un Vélez coronado por la luna llena. Publicitada como "el más stone de los Stones", se trataba de la primer visita de uno de los Rolling a nuestro país y los fans lo recibieron como si de la banda completa se tratase. Keith presentaba sus dos discos solistas junto a su banda The X-Pensive Winos, y por primera vez en un estadio de este tamaño.
Keith estaba nervioso por esta presentación, ya que fue la primera vez que iba a tocar en un estadio de ese tamaño con su proyecto solista. Se dice cuando llegó al estadio con la combi se asustó al ver las tres cuadras de cola de gente. "Yo tengo un show de club, chiquito, no estoy para uno de estadios", le dijo a Bobby Flores. En el camarín estaba inquieto, no sabía que ponerse (se cambió de camisa cinco veces).
La gente en el campo cantaba: "mire mire qué locura, mire mire qué emoción, esta noche toca Richards y el año que viene vienen los Stones", quizás suponiendo que la visita del guitarrista era una antesala de algo más grande. Los Rolling, sin embargo, no vinieron hasta el '95.
Keith visitó el programa de Bobby Flores en la Rock & Pop y, ni bien llegó, pidió un vodka con jugo de naranja. Bobby le contó que cada vez que se levanta lo ve desde la cama, y luego aclaró que es porque tiene un póster de Richards en su habitación, mientras el guitarrista se reía.
Bobby Flores, además de recibirlo en su radio, tuvo la oportunidad de acompañar a Richards en la prueba de sonido y en distintos momentos antes del show. Luego le contaría a la revista Barrio Jalouin que le preguntó a Richards por qué siempre estaba rodeado de calaveras (en las camisas, en anillos, colgantes, etc). Él le contestó que le recuerdan a lo que en definitiva somos todos: "no somos más que esto. Fuera de esto podemos ser negros, pelados, altos, tener mal aliento, pero siempre, finalmente, somos esto".
Desde distintos puntos del estadio vivieron el show músicos argentinos como Charly García, Luis Alberto Spinetta, Pappo y Los Ratones Paranoicos (estos dos últimos habían teloneado al británico).
Si nos ponemos a hilar fino, en realidad Keith no fue el primer Rolling Stone en pisar suelo argentino. En 1990, acompañando a Eric Clapton, tocó en Buenos Aires el guitarrista Mick Taylor.