En el '92 vino Nirvana y quedó sola en el tiempo por mucho tiempo. No fue sino hasta el 2005, con la primer visita de Pearl Jam en 2005 (acompañados nada más y nada menos que de Mudhoney), que tuvimos un guiño de aquella época. Si bien Chris Cornell vino dos veces antes de la presentación de Soundgarden, no era Soundgarden. En 2013 nos visitó Alice In Chains y pudimos entender de qué se trataba Seattle en los 90's. Con Soundgarden, se completó el grupo de "los 4 grandes del Grunge" en cuanto a las visitas al país.
Ok, el siglo 21 nos inivita a entender que vivimos en un mundo globalizado. Lo que antes resultaba esencial, hoy es abstracto en muchos ámbitos. Con el Lollapalooza parece haber pasado algo así, no por el festival, sino por el público. Un festival que se creó como una expresión de la cultura joven, hecho por la cultura joven, para la cultura joven, en la epoca donde el rock y el hip hop eran la música más popular de todas. La premisa del festival es esa. Adaptarse a los tiempos que corren y aportar desde su lugar, esa expresión adolescente de libertad, cultura y diversión. Soundgarden, compartiendo cartel con Nine Inch Nails y Red Hot Chili Peppers, parecen algo un poco lejano hoy en día... pero ver a Soundgarden por primera vez, en la primer edición del festival en nuestro país, compartiendo cartel con bandas así, fue un momento único para la historia de los festivales en el país.
Un debate que se extendió a lo largo de los años y que llegó a Argentina también. Mientras sonaba Soundgarden, varios curiosos que nunca habían escuchado a la banda del "cantante de Like A Stone", se sorprendieron al ver que se trataba de un rock pesado, muy distinto al de Audioslave. Es que si no hubiera habido una etiqueta para las bandas de Seattle, Soundgarden tranquilamente se entendería como una banda heavy metal. Hubo mucha gente que se fue alejando del escenario a medida que iban sonando temas como Outshined, Jesus Christ Pose y el épico Rusty Cage. Kim Thayil podría ser el Iommy de los 90's tranquilamente.
Si bien era la primera vez y no era la banda que cerraba el festival, el primer show de Soundgarden en Argentina tendría que haber durado un poco más. Duró hora y media y si bien fue un gran show, para muchos pasó desapercibido precisamente por no cerrar el festival y por la poca duración que tuvo. Merecían un sideshow para explayarse mejor sobre la última obra de la banda, King Animal, la que marcó la vuelta al estudio luego de 16 años.
BelM
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